El nuevo Borussia Dortmund
de Tuchel
por MARTI PERARNAU el
18 julio, 2015 •
Solo es un primer paso, pero
Thomas Tuchel ha introducido serias novedades en el modelo de juego del
Borussia Dortmund, reduciendo el vértigo marca de la casa y amasando el balón
mediante triangulaciones. Es demasiado pronto para saber si se trata de un
cambio radical respecto del modelo implantado siete años atrás por Jürgen Klopp
o solamente es la aportación de un nuevo rostro capaz de alternarse con el
anterior. Pero la voluntad de modificación resulta indiscutible.
Como esquema de juego,
Tuchel ha elegido en este inicio de pretemporada el 4-1-3-2. Por sí
mismo supone un cambio sustancial, especialmente en lo que hace
referencia al mediocentro único sobre el que pivota todo el juego. Es posible
que la enésima lesión de Nuri Sahin esté detrás de dicha decisión técnica, pero
en cualquier caso el contraste es contundente y significativo. Más importante
que la disposición espacial teórica es la dinámica real de juego.
Dado que Tuchel manifiesta
su voluntad de convertir al BVB en equipo dominante durante los noventa
minutos, sí resulta significativa la disposición de su equipo en las fases de
construcción y de ataque organizado: un 2-1-4-3 con un diamante en el centro
del campo. En el gráfico adjunto podemos ver el despliegue del Dortmund en el
tránsito desde la fase constructiva a la de ataque:
Los dos centrales se sitúan
en posiciones próximas a su semicírculo central, destacando que el guardameta
Bürki se mueve con facilidad fuera de su área, interviene de forma abundante
con el pie y evita los pelotazos sin destinatario. Viendo las intervenciones de
Bürki se hace inevitable pensar en Neuer o Ter Stegen en cuanto a su
protagonismo en la elaboración inicial del juego borusser.
El mediocentro Sven Bender,
elegido como único pivote del equipo, retrocede cerca de sus centrales si la
salida de balón resulta entorpecida por el contrario, aunque el BVB no adopta
la salida lavolpiana como fundamento de su juego. Donde no existe la menor duda
es en la posición de los laterales: ligeramente asimétrica, abierta y profunda.
Piszczek y Schmelzer se sitúan de entrada en la línea de mediapuntas y en la de
ataque. Sin paliativos, ofreciéndose como posibles receptores exteriores del
primer balón. No obstante, Tuchel prioriza la salida por dentro más que por
fuera. Los mediapuntas reciben el balón procedente de su línea defensiva y
descargan de inmediato a su lateral correspondiente en la banda para que
prosiga la acción.
El Dortmund amasa el balón.
Este es un cambio profundo en su filosofía reciente. El vértigo ha sido la seña
de identidad del equipo de Klopp y en los primeros pasos de Tuchel no se
advierte dicha característica, sino más bien la opuesta, como si el nuevo
técnico quisiera cambiar de modo radical el concepto implantado. Ello no
significa que el BVB se haya convertido en un equipo lento, ni mucho menos. Lo
que ha hecho es abandonar la precipitación. Sus mediapuntas continúan
moviéndose sin parar y los dos puntas (Reus y Aubameyang) lo mismo: uno carga
el centro del área mientras el otro lanza un demarque hacia el exterior.
El
objetivo global parece identificado: no precipitarse, legar cerca del área
contraria masticando el juego con pases más certeros, acumular un mínimo de
tres hombres en el balcón del área y tener siempre dos jugadores muy abiertos
en la banda, no importa quiénes sean. Tampoco el pressing tras pérdida ha sido
abandonado: se practica con la misma energía de siempre.
Queda mucho tiempo para que
Thomas Tuchel madure estos conceptos y sus jugadores los asimilen por completo.
Entonces descubriremos si se trata solo de una vía alternativa al tradicional
juego borusser o de un cambio estructural. De ser así supondrá
una revolución radical en el equipo legado por Klopp, pero siendo
revolucionario será un cambio que -en mi opinión- se hacía imprescindible
vistos los tres últimos años del BVB, en los que el rendimiento general ha sido
muy negativo y no solo por haber perdido jugadores importantes como Götze y
Lewandowski.
Al fin y al cabo, el Dortmund ha gastado en los últimos dos años
más del triple de dinero neto en fichajes que la mayoría de equipos alemanes,
incluido el Bayern, para concluir con un balance deportivo alejado del
esplendor de los años 2011 y 2012, mientras la plantilla se veía literalmente
arrasada por las lesiones, una gran parte de las cuales han sido fruto de un
desgaste físico planificado a fin de que el equipo pudiera practicar su
vertiginoso juego, precisamente lo que Tuchel parece estar modificando a la
vista de sus primeros pasos.
– Foto: Borussia
Dortmund
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