El Método de entrenamiento Integrado.
Se puede definir
como algo más que un entrenamiento, como el arte que facilita el desarrollo
potencial de los futbolistas, provocándoles profundos cambios y orientándoles
hacia la consecución de unos objetivos coherentes previamente establecidos
(Wolk, 2004; Launer, 2007).
Que el entrenamiento psicológico integrado tenga éxito no
sólo depende del entrenador como director del proceso. La idiosincrasia del
futbolista también juega un papel relevante, existiendo personalidades más
moldeables que otras o futbolistas más accesibles que otros en función de los
distintos valores, creencias, expectativas, motivaciones, prejuicios o niveles
de satisfacción que puedan tener en cada momento. En esta misma línea,
numerosos autores consideran como aspectos críticos para la práctica del entrenamiento
psicológico integrado el nivel de desarrollo emocional del futbolista, su
grado de compromiso con el entrenamiento, su predisposición a ver las cosas
desde otros puntos de vista, su permeabilidad a las ideas ajenas y su
nivel de sociabilidad (Gyllensten & Palmer, 2005).
Pero por encima de todas las consideraciones expuestas, el
compromiso y motivación del futbolista es una condición imprescindible sin la
cual el entrenamiento psicológico integrado estará abocado al más absoluto
fracaso. Para ello, la inmersión en el proceso debe hacerse de forma
consentida y voluntaria. El entrenador no debe confundir la falta de
predisposición con los lógicos recelos a lo desconocido, estando dentro de
sus funciones eliminar estas barreras a la mayor brevedad posible en aras de
una mayor calidad y efectividad del entrenamiento psicológico integrado (Day,
De Haan, Sills, Bertie, & Blass, 2008).
En esta misma línea se manifiestan Zeus y Skiffington
cuando, dando un paso más, consideran que el entrenamiento no será efectivo
si el futbolista no se compromete firmemente a cambiar la visión que tiene
sobre las cosas, las creencias que le limitan o las conductas destructivas.
Este enfoque se fundamenta en la afirmación de que es nuestro modo de ver el mundo
lo que determina nuestro comportamiento (Zeus & Skiffington, 2004;
Longhurst, 2006).
La obviedad de que los futbolistas son seres humanos antes
que jugadores experimenta cierta tendencia al olvido en el día a día de los
entrenamientos. Técnicas y métodos cuyo único objetivo suele centrarse en el
resultado dejan en un segundo plano el componente humano de los jugadores
(Coca, 2006).
El método de entrenamiento psicológico integrado pretende
que los jugadores logren su máximo rendimiento a través del conocimiento de sus
fortalezas y debilidades susceptibles de mejorar. Una vez conocidas ambas,
podrán establecer un plan de acción dirigido por el entrenador que les permita
alcanzar los objetivos que se proponga el equipo (Whitmore, 2003).
Los beneficios que este método pretende aportar al equipo
pueden llegar a ser innumerables, ya que focaliza su atención en las conductas
del sujeto y en los resultados del colectivo (Grant, 2003). Por este motivo,
este método es ideal para conseguir aumentar la inteligencia
colectiva del equipo.
El método de entrenamiento integrado se centra
fundamentalmente en la faceta individual de cada jugador mediante el desarrollo
de habilidades interpersonales como el liderazgo, asertividad y trabajo en
equipo (Fernández, 2002). Esta última destreza es la que posee una mayor
transferencia positiva en el equipo. No obstante, no debemos menospreciar la
importancia que la asertividad y liderazgo personal tienen para afrontar
situaciones específicas de la competición.
(Extractos del libro: “Entrenamiento Psicológico
Integrado de Fútbol”).
Un ejemplo de que el futbolista es antes humano que jugador
es la decisión de Xavi Alonso. Un jugador querido por la afición y que
aparentemente contaba con la confianza del club y la directiva del Real Madrid.
Sin embargo, según su padre Xavi necesitaba un nuevo reto y ha
decidido aceptar la oferta del Bayer de Munich. Los motivos reales de abandonar
un club con el que acaba de ganar la máxima competición europea solo los conoce
él. Aunque es muy probable que se trate más de motivos personales que meramente
deportivos.
por Roberto López del Campo.
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