lunes, 5 de enero de 2015

EL ENTRENAMIENTO COMO ARTE.



El Método de entrenamiento Integrado.  
Se puede definir como algo más que un entrenamiento, como el arte que facilita el desarrollo potencial de los futbolistas, provocándoles profundos cambios y orientándoles hacia la consecución de unos objetivos coherentes previamente establecidos (Wolk, 2004; Launer, 2007).


Que el entrenamiento psicológico integrado tenga éxito no sólo depende del entrenador como director del proceso. La idiosincrasia del futbolista también juega un papel relevante, existiendo personalidades más moldeables que otras o futbolistas más accesibles que otros en función de los distintos valores, creencias, expectativas, motivaciones, prejuicios o niveles de satisfacción que puedan tener en cada momento. En esta misma línea, numerosos autores consideran como aspectos críticos para la práctica del entrenamiento psicológico integrado el nivel de desarrollo emocional del futbolista, su grado de compromiso con el entrenamiento, su predisposición a ver las cosas desde otros puntos de vista, su permeabilidad a las ideas ajenas y su nivel de sociabilidad (Gyllensten & Palmer, 2005).

Pero por encima de todas las consideraciones expuestas, el compromiso y motivación del futbolista es una condición imprescindible sin la cual el entrenamiento psicológico integrado estará abocado al más absoluto fracaso. Para ello, la inmersión en el proceso debe hacerse de forma consentida y voluntaria. El entrenador no debe confundir la falta de predisposición con los lógicos recelos a lo desconocido, estando dentro de sus funciones eliminar estas barreras a la mayor brevedad posible en aras de una mayor calidad y efectividad del entrenamiento psicológico integrado (Day, De Haan, Sills, Bertie, & Blass, 2008).

En esta misma línea se manifiestan Zeus y Skiffington cuando, dando un paso más, consideran que el entrenamiento no será efectivo si el futbolista no se compromete firmemente a cambiar la visión que tiene sobre las cosas, las creencias que le limitan o las conductas destructivas. Este enfoque se fundamenta en la afirmación de que es nuestro modo de ver el mundo lo que determina nuestro comportamiento (Zeus & Skiffington, 2004; Longhurst, 2006).

 EL FUTBOLISTA ES HUMANO ANTES QUE JUGADOR


  La obviedad de que los futbolistas son seres humanos antes que jugadores experimenta cierta tendencia al olvido en el día a día de los entrenamientos. Técnicas y métodos cuyo único objetivo suele centrarse en el resultado dejan en un segundo plano el componente humano de los jugadores (Coca, 2006).

El método de entrenamiento psicológico integrado pretende que los jugadores logren su máximo rendimiento a través del conocimiento de sus fortalezas y debilidades susceptibles de mejorar. Una vez conocidas ambas, podrán establecer un plan de acción dirigido por el entrenador que les permita alcanzar los objetivos que se proponga el equipo (Whitmore, 2003).

Los beneficios que este método pretende aportar al equipo pueden llegar a ser innumerables, ya que focaliza su atención en las conductas del sujeto y en los resultados del colectivo (Grant, 2003). Por este motivo, este método es ideal para conseguir aumentar la inteligencia colectiva del equipo.
El método de entrenamiento integrado se centra fundamentalmente en la faceta individual de cada jugador mediante el desarrollo de habilidades interpersonales como el liderazgo, asertividad y trabajo en equipo (Fernández, 2002). Esta última destreza es la que posee una mayor transferencia positiva en el equipo. No obstante, no debemos menospreciar la importancia que la asertividad y liderazgo personal tienen para afrontar situaciones específicas de la competición.
(Extractos del libro: “Entrenamiento Psicológico Integrado de Fútbol”).

Un ejemplo de que el futbolista es antes humano que jugador es la decisión de Xavi Alonso. Un jugador querido por la afición y que aparentemente contaba con la confianza del club y la directiva del Real Madrid. Sin embargo, según su padre Xavi necesitaba un nuevo reto y ha decidido aceptar la oferta del Bayer de Munich. Los motivos reales de abandonar un club con el que acaba de ganar la máxima competición europea solo los conoce él. Aunque es muy probable que se trate más de motivos personales que meramente deportivos.
por Roberto López del Campo. 


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