GANÓ EN SU PROPIO ESTADIO.
Un partido con mucho sabor a desquite para Atlético ya que
había perdido ante el Real la Champions. Es comienzo de temporada, los entrenadores en el
proceso de ajustar sus plantillas, de que estos nuevos jugadores asuman pronto los
movimientos de su modelo de juego, jugársela en dos partidos uno de visita y el
otro de local, para imponer sus ideas, su propuesta, se conocen demasiado tanto
individual como colectivamente los dos equipos, y si hablamos de sus propósitos
tácticos en cancha ni se diga, los análisis, las experiencias que quedan de
anteriores confrontaciones, daban claridad en los conceptos que imperarían en
el juego.
Así pintaba el clásico pero a los 2´ minutos Mandzukic -recién
incorporado al Atlético – anota con buen remate un gol que determina y cambia
muchas cosas en lo que sería el trámite del partido. Esta ventaja temprana hace
que el Atlético se aferre mucho más a su estilo característico: rigor, pierna
fuerte, uno contra uno a muerte, mucha seguridad en defensa, fouls reiterados
para detener el juego, amarillas, reclamos, discusiones, roces, agresividad, terminar
jugada de ataque y rearmarse muy rápidamente en su propio campo y no ofrecerle
a su rival espacios para sus transiciones ofensivas o para maniobrar con mucha
libertad cuando intentara con combinaciones de pases ir por abajo a buscar sus mejores
instantes ofensivos para anotar.
Real Madrid cuando le atacan se siente complacido cuando
tras recuperación de pelota tiene espacios para la potencia, velocidad y
contundencia de Coentrao o Marcelo, Carvajal, Modric, Bale, Cristiano, Benzemá, y ahora
James Rodríguez -que es hasta el momento el jugador de mejor rendimiento y va
encontrando su mejor sitio para llenar ese mediocampo blanco de talento, toque,
remates, pases gol y goles-, pero con un gol en contra iniciando el juego y un
adversario que se mete en su zona a defender con agresividad, con orden,
sólido, de marcas fuertes, se siente demasiado incómodo y no encuentra
soluciones para conseguir otro trámite y un resultado diferente.
Ancelotti nunca demostró mucho interés por DiMaría, a este
crucial juego no lo convocó, es un jugador importante por sus características,
por su aporte cuando juega ya sea en banda o por el centro. Tiene gol,
desborde, media distancia, buen centro, habilidad, ida y vuelta, pero hoy se
supo que se despidió de sus compañeros, y ante la llegada de James, opta por ir
a otro equipo en donde seguramente no tendrá que pelearse su titularidad con
nadie y parece que en Manchester United van muy avanzadas las conversaciones y
muy pronto estará en Inglaterra bajo el mando de Van Gaal, convirtiéndose en
una baja muy sensible, en el aporte en el juego y la propuesta del Real Madrid.
Hizo cambios Ancelotti entró Isco, Marcelo, Cristiano- que
viene con inconvenientes musculares hace más de 5 meses- pero nunca el Real se mostró claro para lograr
remontar el resultado y se fue diluyendo ante el carácter, la fuerza colectiva,
la gran actitud como equipo que tiene su rival y vio como ésta Súper Copa se
fue a manos de su archirrival español en Madrid, el Atlético.
Simeone fue expulsado. Luego reconoció su error, hizo que su
propuesta táctica saliera avante otra vez, da una nueva muestra del poder que
tiene como entrenador y líder en su grupo, transmitiendo de su personalidad el coraje, el
temperamento, la pasión, la actitud combativa, la agresividad en el actuar que
lo distinguieron como jugador no sólo del Atlético sino en el Selección
Argentina.
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