CREACIÓN DE UN MODELO DE
JUEGO.
Subordinar
la metodología de entrenamiento a la forma de jugar que se pretende.
El
modelo de juego es la antesala al modelo de entrenamiento, “lo más importante
en un equipo es tener un determinado modelo de juego, un conjunto de principios
de juego, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de los
jugadores que se utilicen”.
“El
objetivo es que los jugadores perciban y confíen en el modelo de juego, que
hagan algo por creencia propia, por sentir que es la mejor forma de hacerlo y
no porque alguien les diga cómo hay que actuar. Yo sé dónde he de llegar, pero
en vez de decirles “vamos hacia aquí”
quiero que sean ellos los que descubran el camino”.
“Saber
entrenar, es conducir un equipo para tener determinados comportamientos
tácticos en el campo”. Es decir subordinar el proceso de entrenamiento al jugar
que se pretende.
“Entrenar durante la semana, preparar
tácticamente el equipo, es encontrar ejercicios que potencien aquello que se
pretende conseguir… eso es lo difícil y lo que a su vez marca la diferencia”.
“El entrenamiento sólo es bueno cuando se consigue operacionalizar aquello
que es la idea clave, es decir, el entrenador tiene que encontrar
ejercicios que lleven al equipo a hacer
lo que se pretende en el juego”.
“El ejercicio no puede ser un mecanismo
cerrado, mecánico. Tiene que contener con mayor o menor complejidad el plano de
lo aleatorio, de lo contingente, de lo imprevisible…, lo que lleva más allá es
la cabeza de los jugadores sabiendo el fin por lo que hacen algo y no perdiendo
nunca el patrón de conexiones con el todo”.
Al fin
y al cabo, “lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo de
juego, determinados principios de
juego…”
Es un
complejo de referencias colectivas e individuales, referencias esas, que son
los principios del juego concebidos por el entrenador. Los principios de juego son
referencias de acción, referencias comportamentales, que llevan a que los
jugadores jueguen en equipo. Son ellos (los principios) los que hacen que
aparezcan con regularidad la coordinación colectiva. Son ellos los que dan
organización al equipo.
La organización
en el equipo emerge del respeto a un conjunto de valores o principios. Es ese
cuerpo de significación colectivo el que lleva a los jugadores a pensar en
función de la misma intención al mismo tiempo.
El
equipo deseado es “aquél en el que, en un determinado momento, en una situación
determinada, todos los jugadores piensan de la misma manera”.
No se
deben confundir el modelo de juego y el sistema de juego. El sistema es la base
estructural de una realidad más vasta que el modelo de juego. No existen dos
1x4x3x3 iguales, ya que son el conjunto de principios de juego que dan vida al
sistema personal de cada entrenador.
Tampoco deben confundirse los principios de
juego con los principios metodológicos. Los principios de juego, subprincipios
y subprincipios de los subprincipios que les dan vida son el complejo de
referencias comportamentales que delimitan la idea de juego del entrenador. Los
principios metodológicos delimitan la lógica procesal subyacente a la
metodología de entrenamiento del entrenador.
¿Pero qué es el modelo de juego?
El modelo de juego
es un concepto muchas veces utilizado en el fútbol.
El Modelo de Juego
no es coyuntural, es esencialmente estructural.
Un entrenador al
ser contratado, está trasladando sus ideas para una estructura existente. Un
imperativo en esta profesión, es tener la capacidad de analizar muy bien el
contexto dónde se va a trabajar: el club, las creencias, la historia del club y
sus mejores temporadas, el sistema predominante en los años de éxito, las
últimas plantillas y jugadores, los jugadores a disposición, los que pueden ser
contratados, entre otros… sólo después de esto podrá definir un Modelo de
Juego.
Al entender el contexto,
el entrenador deberá tener en consideración buscar jugadores con fuerte
personalidad, y trabajar su mente para ser inmunes al entorno.
Entender la historia
del club, su personalidad y su fuerza social es fundamental para tener éxito.
Todos estos aspectos
son importantísimos para definir un modelo de juego. La elección de jugadores
dentro de un conjunto de características deben por un lado ir al encuentro de
las ideas del entrenador, y al mismo tiempo entender la filosofía, historia y
cultura del club. No solamente porque están mejor preparados, sino porque
pueden ser vehículos de transmisión para los otros jugadores
El entrenador
debería tener personalidad e imponer sus ideas. Estoy de acuerdo parcialmente,
pero el mayor error es ir en contra de la historia del club.
La cultura, los
hábitos y las costumbres deben ser cuidadosamente analizados por el entrenador
en la definición de un Modelo de Juego, y muchas veces los pequeños detalles
pueden hacer la diferencia. Puede ser, por ejemplo, que las dimensiones del
campo también puedan estar relacionados con la definición del modelo de juego.
Campo más pequeño, adversarios cerrados en la zona central, por lo que se
siente la necesidad de tener el “campo grande” para atacar y crear
desequilibrios por las alas, esto se convirtió en cultura. La búsqueda de
jugadores con determinadas características para una estructura se convirtió en
imperativo, se desarrollaron relaciones colectivas y emocionales, se creó un modelo de juego.
Vamos entonces a
hablar del modelo de juego adaptado... ¿cómo así? Escucho y leo muchas veces
esta expresión. Eso no existe. El modelo de juego idealizado, me parece la
expresión más adecuada. No existen dos modelos de juego iguales, por lo que no
pienso que sea correcto hablar de la adopción de un Modelo. Esto es lo mismo
que decir que sólo existe un fútbol….existen muchos estilos.
modelo de juego
idealizado, ¿por qué? Porque es a lo que aspiramos a jugar, aspiramos porque
nunca llegamos a conseguir. El modelo idealizado está permanentemente siendo
construido y reconstruido.
Definimos principios y subprincipios para CADA
MOMENTO DEL JUEGO. Cuando pensamos que están consolidados y estamos mejorando
los otros, en el partido siguiente aquellos que momentáneamente “abandonamos”
dejan de manifestarse con eficiencia.
El juego tiene un
flujo continuo. Cuando hablamos de principios de Juego hablamos de su
articulación, no sólo entre sí, sino en la relación y articulación con los
subprincipios y concomitantemente la articulación entre estos. Aquí se ve si el
entrenador gestor del proceso, en la necesidad de jerarquizar los principios y
sub-principios (y sub de sub-principios…) de modelar comportamientos a través
de innovación en los ejercicios, añadiendo una fuerte matriz emocional sin
nunca perder el sentido del “Todo” a la hora de desmontar ese mismo Todo a
reducir sin empobrecerlo. Esto es, tenemos un problema resolver en el equipo,
queremos entrenar sobre un gran principio y enfatizar los subprincipios! Al
organizar la unidad de entrenamiento debemos tener cuidado de “fraccionar” el
juego para innovar determinado ejercicio u no perder el sentido del Todo.
La matriz emocional
del entrenador en el proceso transmite su singularidad. Él es único, los
clubes, los equipos, los jugadores son todos diferentes, en un proceso que debe
ser de enseñanza-aprendizaje emerge la figura del entrenador, en la gestión y
modelaje de comportamientos y emociones diseccionándolos intencionadamente para
su idea de juego, que es única, singular. Le corresponde al entrenador gestor
evolucionar su idea, a través de su sensibilidad para detectar dónde el proceso
está creciendo o se está “estancando”, qué relaciones entre principios y estos
con subprincipios se deben acentuar en un proceso extremadamente dinámico. Así
el modelo de juego crece, configurando un todo mucho mayor que la suma de las
partes.
Podemos decir que
el modelo de juego es algo utópico, podemos andar cerca pero nunca se consigue
alcanzar. Está en permanente evolución y reconstrucción, hasta porque el
“descubrir” las capacidades y deficiencias de nuestros propios jugadores, lleva
a que muchas veces se enriquezca o empobrezca el modelo inicial que
idealizamos.
Por Carlos Carvalhal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario