Luis Enrique, que trabaja con el programa informático
Sportscode, traslada su idea de fútbol al equipo y vence por dos veces seguidas
al Atlético, rival imposible en año
pasado.
JORDI QUIXANO
Luis Enrique conversa con Unzue en un partido de este año. / VICENS
GIMENEZ
Ya sabe a lo que juega el Barcelona, definido al fin el
equipo titular por más que al técnico Luis Enrique le rechinen los dientes
cuando se le pregunte por ello, lógica reacción porque una de sus tareas pasa
por tener a todos los jugadores enchufados. O a cuantos más, mejor. La idea con
el balón en los pies, en cualquier caso, es que los tres delanteros universales
(Messi, Neymar y Luis Suárez) acaparen el esférico, se busquen y encuentren,
resuelvan los enredos y de paso los partidos. Y la propuesta, aunque
minimalista en su definición pero compleja en la práctica, es bien efectiva.
“Si estos tres se entienden como lo están haciendo, todo es posible”, convienen
desde el vestuario.
Pero hacerles llegar la pelota no fue tarea sencilla al
inicio de la temporada, cuando Messi hacía más de crupier que de definidor,
retrasado un par de metros para atender antes al pase que al remate. Del mismo
modo, la aglomeración de los extremos por el centro exigía una fiabilidad
exquisita en el primer toque, tarea de lo más complicada ante rivales que regalaban los
costados para tapar los pasillos interiores. Faltaba una palanca entre tanto
juego de toque, quizá una vuelta de tuerca al fútbol o al sistema. “Al llegar
al Barça, Luis Enrique quería cambiar matices del juego porque los rivales nos
habían cogido el truco”, revelan desde las oficinas del Camp Nou. Aunque se le
exigió —si bien siempre encontraron la aquiescencia del técnico— que no se
podía perder el ADN azulgrana, ese que le había definido como el mejor equipo
en el panorama internacional. “Luis Enrique va a triunfar, pero para todo en la
vida hace falta tiempo. El fútbol es un proceso. Esto no es venir y en
noviembre ser campeón de todo. Todo a su tiempo, todo cuesta”, reflexionó hace
un par de meses el exazulgrana Pep Guardiola, ahora en el banquillo del Bayern.
La mejora del equipo tiene que ver con la apertura de los
extremos y que las ideas de Luis Enrique hayan cogido cierto poso, además del
innegociable acoso en campo contrario que tan buenos réditos le da porque los
delanteros cogen el cuero cerca del marco rival y porque la defensa tiene menos
envites. De hecho, ante el Atlético, rival imposible en los seis
enfrentamientos del año pasado, ya le han ganado por dos veces en las dos
últimas semanas. “Hicimos un partido completo con una gran defensa”,
reconocieron desde el camerino. Así, los de Simeone sólo chutaron cuatro veces
a puerta en los dos duelos, por las 11 ocasiones del Barcelona.
Aunque este repunte también tiene que ver, a buen seguro,
con el programa informático que utiliza semanalmente Luis Enrique. Para
estudiar cuantitativamente, entre otra infinidad de aspectos, cómo se
relacionan los jugadores y los contrarios, el técnico azulgrana utiliza
Sportscode, un software que compró el Barcelona en 2009 por
20.000 euros y que abona ahora un 15% del precio para su manutención anual, y
que se utiliza desde entonces en el área deportiva y en el fútbol formativo.
Ocurrió que Guardiola prefería usar otro programa (Er1c), bien competente, pero
que le exigieron olvidar en el Bayern para retomar el Sportscode. Luis Enrique,
sin embargo, no lo ha dejado de usar desde que pasó por el Barça B. “Sí, es un
programa que utilizamos con el cuerpo técnico”, reconoce; “es muy práctico y
útil”. Aunque, reservado como es, amplía: “Lo que no diré es cómo lo usamos
porque es un programa que te da infinitas posibilidades. Seguro que cualquier
otro entrenador lo tiene y lo utiliza de forma distinta”.
Sea lo que sea, funciona.
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