“Algunos se empeñan en que siempre dimitan los mismos”.
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Ramos: “Lo que pienso me lo quedo para mí”
JOSÉ SÁMANO / LUIS MARTÍN Madrid. elpaís.es -2
SEP 2014 -
Vicente del Bosque, durante la entrevista. / ALEJANDRO
RUESGA
.
A Vicente del Bosque (Salamanca, 1950) se le ve
tan firme y sereno en la derrota como lo estuvo en las victorias. Tras el
descalabro en Brasil sostiene que ha intentado ser “humilde y sensato” y
enfatiza que las “intenciones y la puesta en práctica fue inmejorable”. Le han
dolido algunas críticas y ha encontrado hostilidad en algunos foros que tienen
que ver “con el color de las camisetas”, pero asegura que en la calle solo ha
encontrado cariño y comprensión. Se siente con entusiasmo y capacidad para seguir
en el cargo y ahora afronta una transición, “no una revolución”.
Pregunta. ¿Recuerda qué hizo la noche del
España-Holanda?
Respuesta. No especialmente. Supongo que reflexionar
y pensar en Chile, que era un rival muy complicado. Hombre, fue una noche difícil,
como todas cuando estás acostumbrado a ganar y llega una derrota tan dolorosa y
de tanta trascendencia como esa.
P. Usted insiste en señalar que fue basada en
causas deportivas…
R. Ellos jugaron con más intensidad y más
calidad individual. Fuimos inferiores en el nivel de juego. No puedo señalar
una sola clave, fueron pequeñas cosas, partes que hicieron un todo y nos
llevaron a eso. Ellos jugaron con dos hombres muy abiertos que no supimos
controlar, pequeños detalles individuales. No estuvimos bien en conjunto. Lo
más llamativo es que entrenamos bien y el comportamiento fue magnífico, incluso
los cuatro días antes de Australia. Los jugadores tuvieron una actitud
magnífica, no era fácil.
P. ¿Nunca advirtió pistas de lo que podía
suceder?
R. No, no, no. Nunca. Entrenamos muy bien, les
vi muy metidos. No hubo nada. Hombre, si entras en detalles… puedes
pensar,Diego Costa no llegó al cien por cien… Pero no quiero focalizarlo, sería
injusto. No quiero disculparlo, pero creo que no conectamos con él, no nos acostumbramos
a él como debíamos. Pero seguramente no llegó en plenitud. Diego es un chico
majo y agradable, que se integró perfectamente.
P. ¿Le escuece no haberse dado cuenta de lo que
podía suceder?
R. No lo vi venir, no tuve indicios, es cierto,
pero no por dejadez ni por mala planificación. Las intenciones y la puesta en
práctica fueron inmejorables. Tras la derrota contra Holanda, nos convertimos en un equipo
débil y contra Chile, la primera jugada del partido la terminamos en los pies
de Iker, un mal síntoma. Ahí sí vi que aquello no funcionaba. Nos costó hasta
mantener el balón en zonas de seguridad porque ellos siempre jugaron con una
intensidad mayor en defensa y en ataque. Siempre.
P. ¿Cree que usted fue débil con el grupo?
R. No, la fortaleza de un entrenador no es poner
o quitar a nadie. No me arrepiento de ser considerado con todos, aunque alguno
como Xavi tal
vez no lo entendiera. A Xavi no le quitamos contra Chile porque hubiera jugado
mal ante Holanda, sino porque pensamos que era mejor vaciar el medio campo por
dentro y meter más gente por delante de la pelota para no facilitar su presión.
P. ¿Xavi no lo entendió?
R. Hombre, al principio no mucho. Luego, creo
que sí.
P. ¿Y qué pasó con Villa,
sustituido ante Australia en el que era su último partido internacional?
R. Primero le llevamos y después le
pusimos contra Australia. No queríamos destruir el medio campo y
optamos por la solución de cambiarle a él. Yo no sabía que no iba a volver a la
selección, a mí nadie me lo había dicho. ¿Ustedes lo habían oído de boca de
alguien? A mí al menos no me lo dijo. Pero bueno, aunque me lo hubiera dicho no
era un partido de homenaje. Asumo un detalle malo por mi parte.
P. En el batacazo ante Holanda, alineó a cinco
jugadores del Barça cuando el equipo azulgrana había demostrado su debilidad en
el tramo final de la temporada.
R. Sí, pero los que terminaron la Liga
felizmente también tuvieron una recaída, ¿no?
P. ¿La herida se cura o lo de Brasil lo llevará
siempre en carne viva?
R. En el fútbol no puedes vivir de las derrotas
y de las victorias eternamente, tenemos que pasar páginas y buscar nuevas
ilusiones. En 2010 no nos volvimos locos en la victoria y no debemos perder la
cabeza en la derrota. En 2010 recordamos muchas veces la suerte que tuvimos
para llegar a conseguir el título, en momentos claves y puntuales. Pues es la
misma que no tuvimos en Brasil. Y si le sumas que entonces hicimos muchas
pequeñas cosas bien y este hemos hecho muchas mal…
P. ¿Cuál fue su mayor error?
R. He ido mucho a la génesis, a la lista. Y sigo
pensando que no variaría mucho de la que la mayoría de la gente hubiera hecho.
¿La alineación inicial? No difería mucho de la que votaron los lectores de un
periódico el día antes, era la misma. Así que tampoco hicimos cosas muy raras.
Salió mal, es cierto. Pero insisto otra vez, en el deporte estas cosas pasan. Y
algunos no han sido muy deportivos al vivir la derrota. Nosotros sí, de lo
contrario, no hubiéramos soportado los cuatro días antes de Australia. Eso es un
ejemplo de convivencia. El grupo es magnífico, más allá de lo que se diga.
4 de septiembre: Francia-España (21:00,
Telecinco, Stade de France). Amistoso.
8 de septiembre: España-Macedonia (20:45, TVE,
estadio Ciudad de Valencia). Primer partido clasificación Eurocopa 2016.
9 de octubre: Eslovaquia-España (20:45, TVE).
Clasificación Eurocopa 2016.
12 de octubre: Luxemburgo-España. Clasificación
Eurocopa 2016.
15 de noviembre: España-Bielorrusia (20:45, TVE,
Nuevo Colombino).
18 de noviembre: España-Alemania (22:00,
Balaídos). Amistoso.
P. ¿Le han dolido las críticas?
R. Me han dolido algunas críticas. Algún
compañero suyo calificó de miserable la derrota. En el deporte no hay derrotas
con comportamiento miserable. Fue un desastre, jugamos mal, pero miserables no
fuimos. “Clima irrespirable”, escribió otro no sé dónde. ¿Qué clima
irrespirable? Tenemos un grupo magnífico. Hombre, algún día alguien pone mala
cara, es inevitable, todos quieren jugar pero fueron cosas mínimas. Se dio
alcance de gravedad una tontería absurda que no tuvo categoría ni de bronca,
como lo del peto de Fàbregas, que no fue nada… Bueno, si quieres hacer daño
encuentras excusas, pero es mentira, el grupo vivió de maravilla. Ni la
convivencia fue mala ni el comportamiento miserable.
P. ¿Volverá el hambre ahora que han perdido?
R. El fútbol no es para los condescendientes y
los que se apoltronan. A estos niveles es para gente con entusiasmo.
P. ¿Usted lo tiene? Después del Mundial parecía
muy decidido a dejarlo, muy hundido.
R. Si no lo tuviera me hubiera ido. Cuando
terminamos el campeonato traté de ser humilde y sensato. Además, estaba todo el
mundo pidiendo mi dimisión, no podía ser ajeno a eso. Algunos siempre están
empeñados en que dimitan los mismos. Pase lo que pase si vemos que el equipo no
coge cuajo y somos nocivos, no vamos a estar blindados. No lo veo como algo
dramático. Se trata de valorar la capacidad, la laboriosidad y el entusiasmo.
Capacidad no sé si tengo, pero entusiasmo y laboriosidad sí, no lo duden.
P. ¿Si hubiera visto un relevo muy claro lo
hubiera dejado?
R. No, no tiene que ver porque la elección de un
sustituto no depende de mí. Cuando uno está en una tarea lo principal es
sentirte imprescindible aunque luego sepamos que no lo eres. Uno debe sentir
que no hay nadie mejor para esa tarea.
P. Cuando regresó de Brasil, ¿qué notó en la
gente? ¿fue muy diferente el trato al que recibió hace cuatro años?
R. No crean. Me moví entonces en los mismos lugares
que ahora y solo he sentido comprensión y cariño. Sí es cierto que en algunos
foros he encontrado hostilidad, pero en la calle la gente ha sido cariñosísima.
P. La derrota en Brasil ha puesto el estilo en
duda. ¿Le sorprende?
R. No, es normal. No solo hay un estilo, hay
muchos, y nunca hemos renunciado a nada. Pero tenemos que someternos a lo que
nos marcan los jugadores y se ha producido un mimetismo entre el pasado y los
que vienen que no podemos cambiar mucho. Nos gusta el manejo, las transiciones
rápidas, el juego en corto y el balón en largo. El menosprecio viene del color
de las camisetas. A nosotros nos han querido hacer daño por la asociación con
el Barcelona. Pero no solo es el Barça el que va por ese camino, es el fútbol
español. A algunos les envenena vernos. Es su problema. Pero no debemos
olvidarnos de lo que nos ha llevado al éxito. El camino está claro. Las dudas
no son buenas.
P. ¿No será que el equipo se lo creyó demasiado?
R. Yo creo que no, y precisamente los que decían
que íbamos a ganar otra vez han sido los más severos en la crítica. Nos
tacharon de demasiado pesimistas pero éramos realistas cuando recordábamos que
era muy difícil. Bien es verdad que no cumplimos el mínimo de expectativas.
P. ¿Se ha sentido solo?
R. Me he sentido muy arropado, familiar y
profesionalmente.
P. Ahora llega una fase de clasificación para la
Eurocopa 2016 muy poco atractiva, sin margen para el error y con gente nueva.
¿No arriesga demasiado?
R. Si hubiéramos hecho un campeonato mejor, la
lista de ahora no hubiera cambiado mucho. El sentimentalismo del que nos han
acusado no es malo. Nos fortalece. No hablamos de reliquias, sino de
futbolistas en activo. Las personas del fútbol le damos valor a las
tradiciones. ¿Por qué vamos a ser desconsiderados con futbolistas en activo?
Son héroes. Xavi o Alonso son héroes del futbol español. Están en vigor en el
Barça y el Bayern. Ahora no se trata de hacer una revolución, pero sí una
transición y estamos obligados.
De hecho, ya lo hemos ido haciendo desde 2008.
Busquets es el ejemplo, fue el relevo de Senna, que fue el mejor de la Eurocopa
ganada en Viena. El fútbol requiere sangre nueva. Cuando se ganó en 2008 se
quedaron fuera tres: Navarro, Palop y Sergio García. Los demás vinieron todos,
pero acabamos renovando hasta que empezó a venir gente como Busi, Piqué… No
creamos que hay tantos para hacer la revolución, entre otras cosas porque del
grupo del Mundial siguen en la élite prácticamente todos. Recuerdo a la
selección española siempre mirando al futuro y yo prefiero mirar el presente
con perspectiva.
P. ¿Hay líderes para la transición?
R. Los líderes van apareciendo, siempre hay
algunos escondidos por la presencia de otros más potentes.
P. ¿Ha hablado con Casillas para saber si aún
tiene entusiasmo, si ayudará a liderar la transición?
R. No, no he hablado con él. Iker está en una
situación ambigua, seguro que lo debe estar pasando mal. Pero no quiero entrar
en el día a día de los clubes. El otro día estuve en Cardiff, en la final de la
Supercopa de Europa di la mano al presidente del Madrid y le felicité. Bueno,
pues algunos medios me acusaron de descortés por no saludarle. ¿Ustedes creen
que le saludé? Pues claro que sí, le di la mano y la enhorabuena. Lo que quedó
es que soy un malnacido. ¿Por qué? Por hacer daño.
P. ¿Qué es lo que más le preocupa ahora?
R. Estamos en fase de reactivar todo, de que se
entienda que venir a la selección es un aliciente, no una rutina. Los jóvenes
lo entienden, pero los que llevan más tiempo lo deben asumir.
P. ¿Esperan tiempos duros?
R. No, tengo confianza. Tenemos gente como
Iniesta, Cesc, Silva, Busi, Ramos, Alba, Piqué… en plenitud. Y, además, vienen
jugadores que han sido campeones de Europa Sub 21. No debemos ser nostálgicos
ni esclavos del pesimismo. Hay que tener un equilibrio. Desde el 92 hemos
estado en todos los grandes torneos. Son muchos años en la élite. Esa la
motivación que nos mueve.
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