martes, 1 de julio de 2014

LA PRUDENCIA QUE HACE VERDADEROS SABIOS... (OPINIÓN)


JOSÉ ORLANDO ASCENCIO

Si la gente está desbordada en Colombia, literalmente, por la Selección Colombia, por su extraordinario mundial, por la ilusión que crece día a día, adentro del equipo se vive un ambiente tremendamente tranquilo. Y eso está bien: todo lo que hagan en adelante es ganancia.


El gran Carlos Valderrama, en su cuenta en Twitter, escribió antes del partido contra Uruguay que si este equipo ganaba ese juego, iba a ser el mejor de la historia. Y, con el debido respeto por todos los que vistieron con orgullo y defendieron con el corazón la camiseta tricolor, tiene razón el 'Pibe'. ¿Y por qué no soñar con algo más que lo que ya se logró?

José Pékerman, un hombre que solo habla lo necesario, que no es de declaraciones rimbombantes, mantiene la calma. Sigue paso a paso. Ya está pensando, cómo no, en cómo derrotar a Brasil. Y esa prudencia, que como dice la Novena de Aguinaldos, hace verdaderos sabios, le ha ayudado a que la gente le crea, empezando por los primeros que deben creerle para que haya éxito: los jugadores. Y sí que le creen: las instrucciones son precisas, las alegrías se comparten con el argentino. Y el ambiente es el mejor que haya tenido selección colombiana alguna en mucho tiempo.

Cómo no ilusionarse con derrotar a Brasil. No es fácil. Es el equipo local, el que todo el mundo daba como favorito antes de comenzar el Mundial. Y lo sigue siendo, para las casas de apuestas. William Hill lo pone hoy con 4,00. Colombia está con 15,00. Los candidatos siguen siendo los locales, que aún esperan que Neymar siga enchufado y el equipo se despierte.

Colombia tiene a James Rodríguez en altísimo nivel, un equipo muy despierto y un entusiasmo que cotiza al alza. Pero todavía no es tiempo de desatar festejos innecesarios, ni dejar que los cantos de sirena que ponen a los jugadores de la Selección en distintos equipos comiencen a distraernos. 

Pékerman va paso a paso. Sigamos el ejemplo de esa prudencia.

JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
Enviado especial de EL TIEMPO
São Paulo (Brasil)

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