domingo, 13 de marzo de 2011

DE MARCELO BIELSA. CHARLAS.

DE MARCELO BIELSA. CHARLAS.


En sus charlas en Argentina, Chile, México, y en muchísimas partes del mundo en donde el calificado entrenador ha dado, siempre quedan esos conceptos suyos tan propios en su extraordinaria carrera de Director Técnico. Aquí, un resumen de algunas de las muchas que me han gustado y que a todos los entrenadores seguro nos interesará.

“Yo entiendo la rebeldía del que no juega, le duele no jugar. Lo que no se perdona es que deje de luchar por el compromiso de todos: entiendo los desbordes, las vedettes, los bailes, pero que alguien deje de luchar es algo que no se admite”.

“No me quieras porque gané, necesito que me quieras para ganar”.

“Quién es querido, se siente más seguro y está con una sensación de fortaleza superior para la tarea”.

Tengo muy claro que uno tiene que querer sinceramente a quién conduce, y si no lo quiere naturalmente, tiene que aprender a quererlo”.

“Nadie estimula condiciones que no existen y nadie activa potenciales afectivos que el ser humano no tiene”.

“El liderazgo se ve en la derrota y el conductor sólo es bueno si ha superado la adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de observación de las cosas”.

“Hay jugadores que son más importantes que otros, pero no les podemos permitir ser imprescindibles”.

“Creo más en el miedo que en la confianza. Hay tantas chances de que lo que todos queremos suceda, como de que no suceda. El miedo nos pone alertas. No creo en el coaching, eso de creer en uno mismo, sino todo lo contrario. Lo peor siempre puede suceder y para eso hay que tener una respuesta. No es absurdo”.

“Trabajo con diez personas viendo partidos, e intentamos sacar conclusiones, ideas verificables. Cuando digo que hay una matriz para llegar al gol, estoy seguro de eso. Pero no importo yo, importa el procedimiento. Los medios tratan de antagonizar personas, nunca ideas. Yo entiendo que el fútbol, no es mecánico, ni que sólo son muñecos o máquinas que se mueven. Mis análisis no son una pretensión: es un ejercicio que hasta el más negado podría hacer”.

“El fútbol no merece este tipo de exageraciones en las que caigo. La obsesión sobre un tema empequeñece al hombre, lo hace peor, aunque sea la manera de obtener éxito. Coincido a veces que puede servir más una buena película antes del partido que ver más videos dl rival”.

“Hay dos grupos de entrenadores y yo me ubico en uno de ellos. Unos optan por la mecanización, otros por la creación; unos por el método y otros por la improvisación. Yo claramente estoy en uno, pero ambos métodos son válidos y se ve cada semana en el fútbol: la mitad gana y la mitad pierde. Ser absoluto en estos temas es absurdo. Pero acá nadie tiene logros duraderos sin actuar de acuerdo con los principios en que cada uno cree”.

“Hacer reglamentos es siempre una expresión de debilidad. No se está previniendo nada, sino mostrando las propias falencias, la incapacidad de definir uno lo que está bien o mal. No creo en las sanciones”.

“El futbolista siempre se da cuenta cuando un entrenador le engaña y es algo que jamás hay qué hacer. Porque en la derrota, lo sacará a relucir. En la victoria, el líder siempre es rubio y de ojos azules, pero en el fracaso no. Yo creo que la adversidad nunca es el momento de cambio, así que no creo eso de que la crisis es una gran oportunidad. En la prosperidad es cuando hay que intervenir”.

“Me estaba haciendo un tratamiento dental, y tenía un puente hasta que me pusieran los implantes. A las 10:25 de esa mañana se me salió el puente y tenía que ir a entrenar. Lo hacíamos en un campo que daba a la calle, solo separados por un alambrado. Los periodistas estaban en la mejor situación de la observación de la práctica. Hicimos un ejercicio de desmarcación, muy interesante, pero que salió muy mal. Al otro día, la única referencia al entrenamiento fue mi boca desdentada. Es la prueba más clara de que a ustedes no les interesa nada de lo que pasa en el entrenamiento”.

“El fútbol actual es muy ágil, cambiante, sorpresivo y dinámico. Eso hace que las composiciones iniciales de un equipo se modifiquen infinidad de veces en el partido”.

“La única manera que entiendo el fútbol es la de la presión constante, jugando en el campo rival y dominando la pelota. Un gran equipo es aquel que no se condiciona por el rival”.

“No hay que juzgar la idea sino el sustento. Yo puedo valorar proyectos antagónicos. Lo que nunca se puede hacer es sustituir las convicciones”.

“El fútbol se hace menos dramático, cuando lo ejecutan los que saben”.”No ganar y ganar no es lo mismo. Pero ningún éxito inmuniza”.

“El que lidera cualquier grupo tiene que presentarle al resto virtudes que hay que respetar. Yo estoy a favor de la diversidad e intento escapar a la tentación de la uniformidad, pero hay que buscar las coincidencias mínimas para lograr la armonía”.

“Hay un error conceptual. Se cree que el mejor equipo merece todas las licencias, mientras que el reglamento debe aplicarse a los peores. Debería ser todo lo contrario, para alguien que conduce desde la nobleza. Pero el entorno dicta otra cosa. Los medios siempre predican en el sentido contrario de lo que yo pienso”.

“Lo que me reconforta de mis jugadores, durante un partido, es el compromiso. Y lo que no soporto es la indiferencia. Los grandes equipos tienen grandes jugadores, un margen bajo de error y un grado alto de solidaridad colectiva. El éxito no tiene fórmulas mágicas. Y un buen proyecto no deja de ser bueno si no se corona con un título”.

“Que no haya salteo entre la actitud de recuperación y la de posesión. Ese es el signo de los grandes equipos. Además de tener grandes jugadores, un sistema que disminuya las consecuencias del error y el compromiso colectivo”.

”Soy un respetuoso y un admirador de la gambeta. Es más: considero que dos gambetas juntas cambian el contenido de un partido, lo despejan, lo oxigenan, lo hacen más saludable”.

“Soy un obsesivo del ataque. Yo miro videos para atacar, no para defender. ¿Saben cuál es mi trabajo defensivo? Corremos todos. El trabajo de recuperación tiene cinco o seis pautas y chau, se llega al límite. El fútbol ofensivo es infinito, interminable. Por eso es más fácil defender que crear. Correr es una decisión de la voluntad, crear necesita del indispensable requisito del talento”.

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