Afinando teorías.
de métodobielsa.blogspot.com/.
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Marcelo
Bielsa concede unas declaraciones en las que intentamos adquirir los
conocimientos y su óptica del fútbol, y sus matices, en la siguiente
recopilación de conceptos.
“La
función que tenemos es tratar de que un equipo tenga forma, que un equipo tenga
estilo, que un equipo responda a jugar de una manera determinada. Entendemos el
estilo como el modo, la manera o la forma elegida para resolver las situaciones
que se presentan en un partido de fútbol. Se trata simplemente de elegir
determinadas herramientas que constituyen el modo de jugar, no hay demasiadas
pero sí hay varias formas o varios estilos de jugar”.
“El
estilo está emparentado con la particularidad, con la forma de ser del que
transmite. El que transmite cree en el estilo que esta transmitiendo, porque si
no inmediatamente es descubierto por el futbolista. El futbolista, para aceptar
a un entrenador, tiene que creer que lo esta convenciendo respecto de un camino
en el cual el entrenador cree”.
“Hay
varios estilos distintos, lo que no hay es entrenadores exitosos que triunfen
aplicando ideas en las que no crean firmemente. Por eso, la imitación yo la considero
muy valiosa: ver qué se hace bien, copiarlo y ponerlo en práctica. De hecho, es
el eje de la educación: imitar lo que este bien hecho, en tanto y en cuanto
coincida con lo que nosotros sentimos. No se puede imitar aquello en lo que uno
no coincide”.
“Creo
en el protagonismo, tener la iniciativa, tratar de que el partido suceda en el
campo rival, poseer el balón, recuperarlo rápidamente, evitar que el contrario
disponga del elemento, quitarle minutos de posesión. Todos los datos que tienen
que ver con el protagonismo, que son lo contrario a jugar de contragolpe, ceder
el elemento, poner los esfuerzos. Para mí los esfuerzos tienen que estar
puestos en la creación vinculada a nosotros y no en aprovechar los errores que
el otro cometa. Todo eso conforma una forma de interpretarlo al juego, que a mí
particularmente es la única que me gusta”.
“Ha
habido procesos muy exitosos basados en la especulación, con lo cual hay dos
grandes ramas de entrenadores: aquellos que creen en lo prestablecido, en lo
programado, en lo preparado. Y aquellos que creen en lo espontáneo, en la
inspiración y en la libertad”.
“Los
que planifican ganan, y también ganan los que improvisan o los que responden al
instinto, lo que indica claramente que ninguna escuela es mejor que la otra,
sino que hay individuos que conducen porque creen en una escuela, y otros que
creen en la otra”.
“Es
muy difícil darle un perfil a un equipo, y muchísimo más difícil es darle más
de un perfil y cambiarlo alternativamente según la pretensión del momento. Yo
creo que hay que elegir una forma, desarrollarla y no abandonarla”.
“Yo
interpreto al reglamento como un arma que asiste al juego para que haya armonía
y para que la dedicación esté puesta en tratar de superar al rival. Hay otras
lecturas, que son igual de válidas, que dicen que al reglamento hay que
recorrerlo en sus orillas para tratar de encontrar formas legales de sacar
ventaja. Obviamente, descontando que lo que no es legal hay quien tiene la
función de evitarlo, que es el árbitro. Creo que uno debe dejar que el
reglamento fluya, no sobreobservarlo, no estar atentos, y no estar
constantemente mirándolo para ver en qué grieta que la situación del juego
fabrique voy a introducirme para sacar una ventaja deportiva legal, pero que no
tiene que ver con el espíritu con que el juego fue creado. El juego fue creado
para superar al rival de acuerdo a la belleza de los elementos que tiene el
juego y no para observar el reglamento buscando perfiles que nos den ventajas
que nos permitan superar al rival, pero no con la legitimidad de la esencia del
juego que es el gesto al servicio de la belleza y a la emoción del espectador y
del propio futbolista, que se emociona cuando construye y no cuando desvía la
atención y la pone en la especulación y captación de detalles del reglamento
para mejorar las propias posibilidades”.
“La
elección del sistema táctico no es una cosa importante. Ha tomado mucha
repercusión, mucha resonancia, como es una cuestión que tiene que ver con la
geometría, con el armado de líneas, es accesible a todo el mundo. Como todos
aspiramos a poder hablar de lo que nos gusta, hablamos de los aspectos que nos
resultan más accesibles o más entendibles, pero eso no quiere decir que sean
los más importantes”.
VALORES Y CONVICCIONES.
"Como
todos, pierdo mucho más que lo que gano. Entonces esa identificación del
ganador de turno con los valores es una trampa, una gran trampa".
"Pagarle
más al jugador en busca de que rinda más es una forma de pervertirlo".
"Son
mucho más importantes los principios que las conveniencias deportivas. Los
equipos con principios terminan a la larga siendo mejores deportivamente".
"El
fútbol necesita que el jugador tenga una alta autoestima, pero la autoestima
lleva a la vanidad y la vanidad te hace egoísta. El entrenador debe aprender a
controlar eso dentro de un grupo y encontrar un balance".
“Si
algún día tuviera que analizar a un entrenador, prescindiría del resultado,
examinaría el método".
"Si
quien llega primero tomando atajos no sufre la condena dentro del grupo, ese
equipo está enfermo. Aplica también a la sociedad"
"Creo
verdaderamente que esta condición de conducir no es muy diferente a la que
lleva un padre de familia. Yo, sinceramente, digo que tiene mucho más que ver
con la repercusión de lo que hacemos que con lo que hacemos verdaderamente. Es
decir: nos ponen a nosotros aquí por los antecedentes, por la repercusión,
porque a todo el mundo le gusta el fútbol. El fútbol está encarnado en el ser
de los argentinos, pero un padre de familia también administra las emociones
del grupo que dirige, de sus hijos, de su esposa, del resto que confluyen en la
familia, por lo cual lo que les cuente también puede ser vinculado con cada uno
de ustedes".
"Todo
lo que les pueda decir lo leí en algún lado. Nada de lo que les diga tiene que
ver directamente conmigo. De hecho, ´En el individuo está la fuerza del equipo´
es el título de la charla y es una frase que mi hermana me comentó que la dijo
Jorge Valdano. Y yo adhiero a eso"
"Quienes
ejecutamos esta profesión no podemos permitir que se gane de cualquier
manera".
"Cuando
el futbolista queda tan obligado a ganar como sea, tarde o temprano se
pervierte".
"El
excesivo intervencionismo termina por joder al jugador"
"Nosotros
deberíamos aclararle a la mayoría que el éxito es una excepción. Los seres
humanos de vez en cuando triunfan. Pero habitualmente desarrollan, combaten, se
esfuerzan, y ganan de vez en cuando. Muy de vez en cuando".
“¿Por
qué le voy a dar una entrevista a un tipo poderoso y se la voy a negar a un
pequeño reportero de provincias? ¿Por qué voy a acudir a una emisora líder cada
vez que me llame y en cambio jamás a una pequeña radio del interior? ¿Cuál es
el criterio para hacer una cosa así? ¿Mi propio interés? Eso es ventajismo”.
"El
fútbol puede prescindir de todo: va a seguir viviendo sin entrenadores, sin
dirigentes, sin futbolistas, sin espectadores. Pero no puede seguir viviendo
sin escudo. Porque el escudo es el que emociona. Todo lo que el fútbol genera,
lo genera porque hay un afán de captar la emoción del que llora porque el
equipo gana o pierde”.
"El
espectador es un tipo que mira y disfruta (o no) según la belleza de lo que se
le ofrece. El hincha es otra cosa. Por eso digo que en el fútbol, lo único
insustituible son los hinchas. Siento una gran atracción por las hinchadas. Me
enojo cuando voy a la cancha con gente que no me ayuda a descifrar los
cantitos".
"El
fútbol es del que quiere al club. Ese es el corazón de esta actividad. El
fútbol es de la gente. Pero Segovia dice que le gente no vota"
"Nosotros
nos resistimos a invertir en aquello que no se percibe inmediatamente. Yo puse
mucho esfuerzo y lo puse por vocación"
"Cuando
llegué a Chile no había nada. Ahora que hay futbolistas en Europa, auspiciantes
y triunfos, aparece la codicia".
"En
Chile aprendí el valor de la moderación. Soy argentino y los argentinos somos
exaltados, nos guían el impulso y la emoción"
"A
mí me cuesta mucho tomar decisiones. Con el paso del tiempo y a contra mano de
lo que todos piensan, yo no logré poder tomar decisiones fácilmente. Yo siempre
busco ayuda”
"Todo
lo que pienso lo leí. Vi que lo que yo pensaba era lo mismo que decía mucha
gente: los especialistas y la gente de la calle"
"¿Qué
valoro de lo que me tocó vivir? Que despertó mi vocación, puso en juego los
aspectos que tienen que ver con la vocación: uno lo hace por más que no sea
necesario, lo hace porque le produce felicidad. Dirigir a Chile me despertó
amor por la tarea, amor por la vocación. Valoro haber sido liderado por una
conducción que despertó lo mejor que tiene este ser humano: el amor por la vocación"
"Generalmente,
trabajamos más para enojar a quienes nos atacan, que para alegrar a quienes nos
apoyan. En Chile me pasó esto último"
"Yo
no voy a trabajar bajo la conducción del Sr. Segovia, es imposible pensarlo. Yo
se que no debo tomar partido por mi empleador, pero sí necesito que coincidamos
respecto a la tarea que vamos a hacer en común".
"Pase
lo que pase en la elección de mañana, habré actuado como entiendo que debo
actuar".
"He
sido inmensa e injustamente querido aquí. Pellegrini dice bien: yo no inventé
el fútbol ni soy Dios. El fútbol va a seguir conmigo y sin mí. Y no es falsa
modestia".
"El
fútbol es de la gente. Pero Segovia dice que la gente no vota. Entonces un
proyecto que excluye a los destinatarios, ¿es democrático? Me importa que se
interprete como fascista a aquel que ofrece una grieta para quienes gobiernan
el fútbol: los hinchas".
"El
fútbol es el primer deporte del mundo, es el deporte más atractivo para todos
los continentes. Si yo tuviera que decir por qué sucede eso, es porque no
siempre ganan los poderosos".
“Estar
en un mundial para cualquier hombre de fútbol es una sensación de mucho peso. A
nadie que se dedique a esta profesión y la quiera puede resultarle indiferente.
A mi me conmueve como a cualquiera de los que estamos aquí”.
"Para
mí lo más importante es la comunicación. Dependo de la palabra. La comunicación
es muy importante y tiene que ver mucho con la jerarquía. El técnico tiene que
tener un aspecto único y no hacer sentir al futbolista como un igual".
"Te
dicen que sos un tarado por no tener un plasma y más cuando se va a jugar un
Mundial. Cuando el televisor te lo venden en cien cuotas, no saben tampoco si
vos lo vas a poder pagar. Las dos partes se engañan. Con una diferencia: cuando
se venden todos los televisores en 100 cuotas, se gana el 20 por ciento,
entonces todos los demás están en condiciones de arriesgar, porque ya pagaron
el televisor y ya ganaron. Pero cuando alguien dice: mirá, en vez de pagarlo en
100 cuotas, que es un robo, robalo. Porque otro hizo el trabajo sucio, quebró
la vidriera y sacó el candado. La gente entra y lo saca, no porque sean malos,
sino porque han sido empujados a esa cuestión. No podemos situarnos en una
posición en que yo soy el bueno y todos los demás son los malos, sin que la
crítica y el resentimiento nos ganen, porque yo soy el único que batalla,
porque soy el único perfecto. Si hubiera podido, me robaba el plasma. ¿Saben
por qué yo me lo robaba? Porque yo estaba en Pinto Durán, había un televisor
Sony, que yo no lo había pagado. Era de la Federación, un regalo, y yo estaba
preocupado por si se caía. Y no era ni mío. ¿Qué quiere decir eso? Que,
haciendo la proyección, hubiera robado porque con todo lo que tengo
materialmente, estaba preocupado por un televisor que no pagué. ¿Cómo un tipo
medio, de a pie, como se dice aquí, no hubiera robado?
No
hay que justificar ni satanizar. Hay que tomar conciencia de implementar un
cambio. Hay que tener autocrítica para mejorar"
“El
arma suya como periodistas es la palabra escrita. Mi arma es la palabra
hablada. Yo uso cincuenta frases para redondear una idea y después ustedes
tienen que ponerla en una línea. Eso a mí siempre me aterroriza, quizás porque
no sé escribir. Lo que odio es cuando no aciertan en la transcripción. Prefiero
que nadie me conozca a que me conozcan equivocadamente”.
“Soy
especial: me importa mucho la opinión del otro, y en ocasiones me causa mucho
daño lo que lleguen a pensar de mí. Por eso también me trauma tanto dirigir:
porque es un acto público y me expongo cada vez que mi equipo sale a la cancha.
No me gusta que me odien o que me insulten; o siquiera que me interpreten mal”.
"Nunca
me dejé tentar por los elogios. Los elogios en el fútbol son de una hipocresía
absoluta. El fútbol está concebido así, tiene que haber o una gran alegría o
una gran tristeza. Derrota o victoria, sangre o aplauso son valores muy caros
al ser humano. Entonces, en el fracaso sufro mucho la injusticia del trato, no
logré nunca dominar eso. Siempre sufro mucho cuando perdemos y cuando soy
maltratado, pero sí logré no creerme la duración del éxito. Como no se revisa
por qué ganaste, da lo mismo, te adulan por haber ganado no porque mereciste
ganar, por el recurso por el que ganaste, entonces tuve claro siempre que esa
franela, porque ése es el término, es impostora"
"No
permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganás, el mensaje
de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso
deforma tanto. Y cuando perdés sucede todo lo contrario, hay una tendencia
morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier
tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos
utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad
con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para
vendernos una realidad que no es tal".
"Estoy
absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores
intrascendentes. Pasa que claro, nos los describen con un peso tan significativo
que parecería imposible resistirse a valorarlos. Creo que el espíritu amateur,
el amor hacia la tarea, es lo único que vuelve satisfactorio el tránsito por el
trabajo; cuando observo de qué manera son descriptos hacia el público las
celebridades, los ídolos, lamento muchísimo que se jerarquicen esos tipos de
cosas, que se los describan millonarios, que se los describan famosos, que se
los describan extraídos de la realidad social, fuera del contacto con la gente
común. Sí estoy convencido de una cosa: fui feliz cuando disfruté del
amateurismo, fui feliz cuando crecí enamorado de mi trabajo. Yo tengo un
profundo amor por el fútbol, por el juego, por la esquina, por el baldío, por
el picado, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido, todo lo que le fueron
agregando para convertirlo extrañamente en deseado. Para explicar un poquito
mejor esto, sé que la alegría de un triunfo en un partido dura cinco minutos,
termina el partido y hay una sensación de efervescencia, una sensación de la
adrenalina al tope que genera excitación y felicidad. Pero son apenas cinco
minutos y después hay un vacío enorme y grandísimo. Y una soledad
indescriptible"
"Me
piden que haga conferencias más seguido. ¿Para qué? Para que me humillen y
digan que hablo cuatro horas, y que las cosas que digo no le importan a nadie.
Para que me humillen cuando publican que vienen treinta periodistas y que a
medida que pasa el tiempo no va quedando nadie porque se cansan, se aburren y
se van".
"Uno
debe querer a quien conduce. Por eso hay que incluir al que no protagoniza y
entender que los rebeldes no nos desafían, sino que simplemente están
informándonos. Lo que no podemos permitir es que (los jugadores) dejen de
luchar. El desborde, el desorden, lo que pase está admitido. Los choques, los
bailes. Lo que no está permitido es que dejen de luchar. Si luchan por el
objetivo de todos, merecen estar"
"La
relación éxito y fracaso ha sido fundamental en mi vida, pero el éxito y la
felicidad no funcionan como sinónimos".
"El
liderazgo se ve en la derrota y el conductor solo es bueno si ha superado la
adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la
derrota. La adversidad es el momento de observación de las cosas".
"En
Argentina, lo que le pasa al equipo incide mucho en la vida del hincha,
¿entendés? Si el cuadro gana, el hincha se euforiza en su vida personal,
particular. Si el equipo pierde, se deprime proporcionalmente, afectando todas
sus actividades. Entonces, eso hace que perder o ganar sea muy importante y esa
presión se acumula finalmente encima del entrenador. Cuando vivís presionado
por esa vorágine resulta que vos, como técnico, terminas pagándolo con algún
desequilibrio en tu vida personal”.
“Yo
soy muy feliz haciendo lo que estoy haciendo. Es un juego. La gran ilusión que
tenemos es producir resultados a través de un comportamiento que estéticamente
valga la pena. Para mí es nada más que eso. Nada más y todo eso, ¿no? Nada más
en el sentido de que no hay por qué vivir esto de otra manera que no sea
satisfactoria, placentera. Vamos a jugar al fútbol, Argentina posee jugadores
destacados, sabemos que estamos más cerca del objetivo que es ganar, si jugamos
bien. De donde usted lo mire le puede agregar un montón de condicionamientos a
esto. Son mensajes que tienen origen diferente al espíritu del deporte. Pero
éste es el mejor escenario para que esto no sea profesional. Esto es deportivo.
Entonces, es el mejor escenario para quitarle los subproductos indeseados que
tiene el profesionalismo y disfrutar el deporte”.
“Si
algo ha obstaculizado la comunicación con la gente, ha sido el negocio
periodístico”.
"Uno
vive y necesariamente necesita jerarquizar virtudes, decir éstas son las
virtudes que rescato en los demás y quisiera para mí, que respeto, que valoro.
A mí el deporte me dio ese parámetro. Yo aprendí por el deporte que la
generosidad era mejor que la indiferencia, aprendí el valor de la significación
del coraje, aprendí la importancia del esfuerzo y aprendí lo trascendente de la
rebeldía. Son los tres o cuatro elementos con que yo después traté de orientar
mi vida. No necesariamente tienen que ser ellas las elegidas, pero sí es
indispensable que uno sepa cuáles son las virtudes alrededor de las cuáles
quiere vivir"
“Un
hombre con ideas nuevas es un loco, hasta que sus ideas triunfan”
“Denle
ese mensaje a la gente, a los ignorantes díganle: el que pierde es un inútil,
porque así está planteado”.
"No
ganar y ganar no es lo mismo, pero ningún éxito inmuniza"
"Un
entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad.
Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen,
el desarrollo de la idea. No hay que juzgar la idea, sino el sustento. Yo puedo
valorar proyectos antagónicos. Lo que nunca se puede hacer es sustituir las
convicciones"
"Parece
que como perdimos no tenemos más derecho a nada. Yo tuve la suerte de que me
renovaran el contrato, lo agradezco, lo celebro y lo valoro. Es el mayor éxito
de mi carrera deportiva. Es un reconocimiento en el fracaso".
"Acepto
que soy el responsable, pero no soy un inútil".
"Una
porción de la prensa considera que al conjunto que perdió hay que destruirlo y
buscar argumentos para que quede como inútil”
"Lo
mejor del ser humano sale cuando el éxito nos abandona. Por eso, este tipo de
actividades me asusta, me asusta dejarme seducir por la admiración, porque sé
de antemano que es inmerecido".
"Nada
de lo que diga es algo que no se le haya escuchado a alguien antes".
"El
que lidera siempre lo hace presentando virtudes, a las que hay que respetar.
Debe proponer virtudes que nadie puede rechazar, pues su rol es armonizar, no
dividir".
"Las
grandes inversiones deben ser en los momentos de prosperidad. En la adversidad
nunca debe haber un momento de cambio. En la debilidad todos opinan, y uno se
preocupa demasiado de los pedidos de alrededor. En la prosperidad hay que
invertir para pasar el invierno".
"El
líder necesita ser querido para ganar, no ser querido porque ganó".
"Usualmente,
las licencias se les dan a los mejores y a los peores se les exige. Yo no estoy
de acuerdo. A los mejores hay que exigirles. Siempre hay que estar dispuesto a
sacrificar a los más importantes para que no se consideren
imprescindibles".
"Para
mí, la confianza es un sinónimo de relajación. Yo prefiero el miedo, porque te
obliga a estar atento”.
"Todo
está permitido, menos dejar de luchar".
"El
conductor es bueno si ha sufrido la adversidad".
“El
liderazgo está directamente relacionado con la derrota. Porque es ahí cuando se
verifica la consistencia del conductor. Una de las claves que tiene que tener
un líder, es que necesita ser querido para ganar, y no ganar para ser
querido".
"Desde
afuera, el mensaje es absolutamente inverso. Uno tiene que estar dispuesto
siempre a sacrificar al jugador más importante. Claro que hay jugadores que son
muchos más importantes que el resto, pero si uno remarca eso, la colectividad
se derrumba. La vanidad de los futbolistas es un tema que no hay que atacar,
sino que hay que manejar. Si hay alguien que ataca eso, está profundamente
equivocado".
"Las
evaluaciones hay que hacerlas con la totalidad de los datos"
“Un
entrenador qué debería hacer, ¿habilitar los entrenamientos o hacerlos
privados? La respuesta es obvia: hacerlos privados. Si uno los hace privados,
sabe que lastima profesiones ajenas pero protege la propia”.
“¿Yo
querría hacerle una broma a (Alexis) Sánchez, sobre un aspecto de su vida
personal, sabiendo que eso iba a ser publicado? ¿Usted cree que me gustaría?
No, ¿no es cierto? Sirve eso para decir: ‘mire, a veces cuando uno aspira a la
privacidad, no es un capricho de profesiones enfrentadas’”.
“El
constante juego de los medios de comunicación: reclamarte lo contrario a lo que
hiciste. Es parte de un negocio perverso, que ustedes (por los periodistas)
conocen a la perfección”.
“La
barbarie, ¿sabe cuál es? La barbarie es decir: ‘te voy a mirar por el ojo de la
cerradura, te guste o no te guste, y lo voy a hacer tantas veces hasta que te
enojes’. La barbarie es invadir tanto la privacidad de una persona, hasta que
la persona reaccione”.
“Los
elogios debilitan, sobre todo cuando son exagerados y describen como
definitivas las circunstancias que son parciales”.
“Los
elogios son desmedidos y exagerados porque no se corresponden con lo que este
equipo debe lograr”.
“A
veces, uno provoca cosas que no desea”.
“Hay
que tener grandeza para tolerar la injusticia de un resultado"
“Lo
posible, ya está hecho. Lo imposible, lo estamos haciendo. Para milagros,
necesitamos tiempo”.
"La
verdad, es la verdad del que tiene el poder. No es que no haya posibilidades de
expresarse en disidencia, pero ustedes (por los periodistas) saben que cuando
una verdad ocupa una décima parte de la hoja del periódico, y el 90% la ocupa
‘otra’ verdad, la verdad del poder es la que gana, no se comparan las dos
verdades. Hay una verdad, y la verdad contraria, una el 10% y otra el 90%. ¿Qué
es cierto? Lo que es mentira. ¿Qué cosa no se reconoce? La verdad".
“Le
parecerá una frase hecha o un lugar común, pero las jerarquías se revalidan
constantemente, y se alteran. Los espacios cuestan mucho imaginarlos
definitivos. Y es lo que los jugadores hacen: el que está para conservar y que
no para acceder. Ese es también uno de los ejes del desarrollo de los equipos.
Que el que está sienta que merece estar, pero que hay otro que brega por el mismo
espacio que él y que ambos pueden aspirar a lo mismo y competir lealmente”.
“Los
problemas no sólo desaparecen cuando uno los soluciona, sino cuando aparece
otro mayor. A uno le deja de doler la cabeza, si le duele la muela. Ahora,
esperemos que nos deje de doler la cabeza, sin que nos duela la muela”.
“Imaginar
lo que va a suceder siempre tiene mucho riesgo”
“Por
prudencia, nunca me refiero a situaciones hipotéticas. Hay muchas cosas que
podrían gustarme, y seguirían siendo situaciones hipotéticas, y yo evitaría
referirme a esas situaciones hipotéticas”
“Sea
ese el argumento, o el que fuere, siempre hay que ganar, y no recurro a alguna
situación puntual para acentuar la búsqueda de la victoria porque me parece
inherente a la competencia. Competir para ganar, y que no haga falta ningún
agregado para estar siempre con toda la disposición en la superficie porque, de
algún modo, el día que no haya argumentos parecería que no va a ser
indispensable ganar y para mí siempre lo es”.
“Lo
que sí, mire, si uno quiere aspirar a determinada posición, lo ideal, o lo conveniente,
es estar cerca de esa posición, o dentro de esa posición, lo más rápido
posible. Nosotros ya hemos dado muchísimas concesiones a la búsqueda de ese
objetivo y, sea por el motivo que sea, no deberíamos seguir acumulando mensajes
en el sentido contrario de las genuinas aspiraciones que tiene el equipo”.
“Fortalecer
el patrimonio futbolístico de un equipo siempre presupone una mirada hacia el
futuro más optimista”.
“Siempre
me parece que comparar es un poco inconveniente”
“Yo
prefiero referirme a las cuestiones a las que uno está implicado, o que tiene
responsabilidades. En este caso, es una cuestión ajena a nosotros y no
corresponde que yo me manifieste”.
“Me
cuesta mucho interpretar mis decisiones y poder explicarlas y justificarlas, y
con eso tengo suficiente como para entender que no debo interpretar a otros,
que tienen el mismo oficio que yo, y que tendrán sus argumentos, harán sus
análisis. Yo no puedo, desde afuera, involucrarme en evaluar ese tipo de
cosas”.
"Sobredimensionar
lo obtenido no es lo conveniente"
“Disgustado
presupone señalar errores o responsabilidades evitables. Uno se enoja cuando
pasan cosas que se pueden evitar, y eso genera decepción”.
“El
exitismo, que es imaginar que va a suceder lo mejor, no es conveniente. Luchar
por tratar de obtener lo que perseguimos sí, pero dar por hecho lo que no
sucedió, no comparto esa mirada”.
“Predeterminar,
imaginar lo que va a pasar o calificarlo, son demasiadas presunciones y
obviamente prefiero no participar en esa proposición”.
“Hay
que estar preparado para todo. Y hay que evitar lo que no nos conviene”
“Nunca
imagino qué va a pasar, alrededor de algo que no poseo. Sólo hay que expresarse
sobre hechos que van a suceder, no sobre los que posiblemente sucedan. Los
anticipos me parecen irrespetuosos con todo lo que va a pasar mañana”
“Cuando
uno empieza a hacer referencia, de manera personal, a hechos que son de todos,
que son colectivos, adquiere una singularidad a lo que va a pasar que yo no
quiero atribuirme. Soy una parte más de los que participamos mañana y, lo que
sientan los otros, es lo que voy a sentir yo”.
“Cuando
hay procedimientos y recursos que vuelven innecesaria la intervención mía, me
someto a los recursos y procedimientos habituales. Hay una entidad que designa
y que determina. No tiene sentido ningún tipo de expresión, en este caso mía,
lo que designen me va a parecer bien y nos ajustaremos a eso”.
“No
es que me explique mal porque siempre las confusiones confluyen alrededor del
tipo de pregunta y de quienes la formulan. Usted me pregunta si hay una
condición que estimula mi decisión, y yo le digo ‘mire, no hay ninguna
condición que yo tenga que revisar para plantearme continuar o no en esta
institución’. Y usted dice ‘ah, entonces va a seguir’. Mire… Yo escucho muy
bien lo que usted dice, porque me cuido, entonces lo que usted dijo, es: ‘Cabe
concluir que la decisión está tomada’. Como usted dijo ‘cabe concluir’, le digo
mire, lo peor que me puede pasar a mí en una institución de este calibre es
fijarme una posición donde parece que del otro lado tienden a mí más de lo que
yo tiendo al otro lado. No quiero esa posición, porque no la siento. Lo que
dije en su momento es lo mismo que repito: este tipo de acuerdos se generan, y
una vez que se generan se informan, no se segmentan ni se investigan del modo
en que usted lo hace, porque tienen decisiones únicas. Sí o no, y cuándo se
produce. Como yo ya había dicho eso en otra oportunidad, veo el abordaje que
usted hace como una especie de volver a preguntar por un camino sinuoso para
ver qué contesto yo, que es lo mismo que dije en su momento, no está sujeto a
ninguna condición, porque si no parecería que se dan determinadas condiciones
que refleja que el club no se asemeja a lo que yo espero. Al club yo no lo
conocía y lo intuí de acuerdo a lo que me dijeron. Y es mejor de lo que yo
intuí”.
“Este
club tiene los años que tiene, el prestigio que tiene, y es descripto
mundialmente del modo en el que se lo hace. ¿Usted cree que hacen falta
confirmaciones de esta naturaleza para interpretar una institución que tiene la
identidad que tiene? Yo creo que no. No me gusta parecer coqueteando
demagógicamente con el lugar donde trabajo, pero si usted ve un millón de
personas festejando un triunfo, ¿cómo evalúa un millón de personas festejando
un triunfo respecto de 8.000 personas que fueron a Manchester? ¿Cómo lo evalúa?
Mi conclusión es: hay antecedentes que no necesitaban de la confirmación de lo
de Manchester, como para interpretar lo que es la relación del público con su
camiseta. Si usted me pregunta lo de Manchester, yo le digo que para mí fue
extraordinario, porque ver eso… Aparte estaban todos juntos, atrás del
arco y no pararon de gritar los 90 minutos, y había un 70% del público que no
podía expresarse a raíz de que el 20% se expresó del modo en que lo hizo, ¿a
quién no le conmueve una cosa así? Ahora usted me dice, ‘¿se enteró?’ No, no me
enteré, porque yo veo las fotos, veo los videos, sé de qué se trata. Entonces,
no quiero menos valorar eso que para mí fue extraordinario y emocionante, pero
tampoco quiero decir ‘mire, no estaba enterado de que este era el comportamiento’…
¿Está bien?”.
“No
deberíamos difundir lo circunstancialmente exitoso si el objetivo es transmitir
valores”.
“La
producción se mide en función de las posibilidades, no exclusivamente en
función de los logros, pero nosotros estamos acostumbrados sólo a valorar a
aquel que llega más arriba”.
“La
sabiduría de los que gobiernan es zanjar las decisiones en función de la regla
que indica qué es lo que se debe hacer”.
“Para
mí los objetivos no se consiguen fijándolos, sino dando pasos hacia ellos,
¿no?”.
“Yo
siempre desconfío de mis conclusiones, nunca creo seriamente en lo que pienso,
y siempre someto mi punto de vista al punto de vista de otras personas a las
que considero más calificadas que yo, para verificar si la posición que asumo
frente a algo en particular es cierta o no”.
“Siempre
es conveniente, pero en este caso más que nunca decir lo que uno piensa o lo
que uno siente. Yo vengo de haber recorrido Constitución: todo lo que vi es
demoledor, pero llegué aquí lleno de esperanza porque, la gente con la que
hablé, tienen un dolor latente inmenso y lacerante, pero a su vez ya están
reconstruyéndose, verdaderamente reconstruyéndose. Hay un optimismo, una
energía, que uno jamás puede vincularla con un dolor o un duelo tan marcado,
pero cada espacio físico que veía era imposible que asimilar, y cada
conversación que mantuve fue una bocanada de optimismo por el futuro de todos
ustedes, porque esa gente va a reconstruir lo que perdió, seguro”.
“Es
muy difícil negarse a la forma en que un chico te pide presenciar el
entrenamiento. No es conmigo, es con los jugadores, con la institución. Como
entre comillas tengo esa posibilidad, la desarrollo”
"Messi
es un jugador superior, distinto, absolutamente verificado. Y ustedes saben qué
hacemos los argentinos con las personas que admiramos. Las sometemos a una
cantidad de pruebas que nadie termina por pasarlas, a no ser que seas campeón
del mundo, como Maradona, y que ese campeonato se obtenga en base a su
genialidad"
"Como
Messi no ha hecho eso, que lo hará, pasa por ese proceso. Los argentinos
también expresamos el afecto conjeturando, poniendo en duda todo aquello que
queremos y valoramos"
"Todo
lo que signifique enfrentar puntos de vista que generen polémica en un ámbito
más profundo de revisión de lo que se está discutiendo, lo trato de
evitar".
“Si
uno elogia a quien lo elogia, parece una amabilidad exagerada que no es
aprobada”.
“Evaluar
y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un
ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo
ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría
si, sino hacerlo después”.
“El
paso del tiempo modera los excesos que todos los jóvenes tienen, que todos los
principiantes tienen. Cuando empecé a entrenar era siete años más joven que
ahora y era un principiante, y seguramente habré tenido en esa época algunos
excesos que espero no tener ahora”
“Mi
carrera ya está construida, para bien y para mal. Yo he tenido muchos más
fracasos que éxitos, y los fracasos me han marcado mucho más que lo que me han
distinguido los éxitos, los pocos que obtuve. Nadie se acuerda, sobre mí, algo
más vinculado a Japón-Korea, que fue un fracaso deportivo grandísimo. Ya por lo
peor he pasado. También sé que, en esto, protegerse no ayuda: todos finalmente
perdemos, hoy, dentro de un año, ayer”.
“Cuando
los pedidos se originan en muchos, y el origen es el afecto, es muy difícil
razonar con criterio: uno se somete a las reglas del corazón y termina
aceptando lo que lógicamente te parece injusto o desmedido”
“Es
tan desafortunado vincular el partido con la muerte de una persona que me
resisto a la ligazón que usted propone. Usted me dice ‘repercutir’… disculpe,
yo no quiero enfrentarme con su idea ni muchísimo menos degradarla. Pero no
puedo responder porque usted está preguntándome si el rendimiento está sujeto a
las sensaciones que genera la muerte. No se puede responder esa pregunta. No se
debe responder. No puedo vincular rendimientos con este episodio, porque este
episodio es tan significativo que no debe ser emparentado con nada, y muchísimo
menos con el rendimiento. Y no lo tome como una afirmación que menos valora su
pregunta, pero no puedo no contestarla de otro modo. En todo caso,
discúlpeme…”.
“Esa
es una descripción de los hechos, y ¿cuál es la pregunta? (…) Insisto, me
parece que lo que suceda en el campo no es limítrofe con la cuestión. Hay
cuestiones que son tan trascendentes que hacerlas limitar con aspectos que
tienen que ver con el juego mismo, no se… A mi me cuesta mucho conciliar esas
cosas, a lo mejor tiene sentido lo que usted dice que es lo mismo que dijo su
compañero, que es decir ‘mire si usted va a desarrollar una actividad en un
ambiente que esta influenciado por un hecho como la muerte de un aficionado,
¿cómo piensa que va a repercutir en el rendimiento de los jugadores?’. Si eso
tiene lógica, yo me resisto a hacer la comparación, porque me parece que hacer
la comparación es compatibilizar cosas o vincular cosas que relativizan mucho
el significado de la muerte, porque si la muerte de un aficionado nos sirve
para generar conclusiones de cómo va a repercutir ese ambiente en el
rendimiento del equipo, uno dice ‘¿cómo podemos transitar este hecho por ese
lado?’. ¿Me sigue lo que le quiero decir?”
“No
estoy de acuerdo, respeto lo que él dice. Aparte, yo que usted, le creería más
a él”.
“Avanzar
sobre la intimidad de un futbolista, tomando como vehículo su profesión, es un
acto exagerado”
“Se
pueden sacar conclusiones en un sentido o en otro: la urgencia a veces potencia
y a veces precipita, según como opere”
“Estoy
viejo, así que tengo que recorrer muchas imágenes. Pero acá hay mucho afecto,
mucho cariño, mucho entusiasmo, y eso lo vivimos con gratitud”.
"Eso
tiene que ver con los usos de costumbre, con lo que se considere buena
educación y la reciprocidad que establezcan las instituciones entre sí. Hay
tantos elementos sociales e históricos que yo mal podría decir que es lo que
corresponde. Siempre estoy a favor de reconocer a aquel que obtiene algo
merecidamente, pero es un punto de vista genérico, que adaptará o no a esta
circunstancia con elementos de juicio que yo no manejo”
“Uno
elige el procedimiento que cree que más se acerca al éxito. Si no lo hiciéramos
no será porque no lo hayamos planeado de ese modo, sino porque hay
imponderables que uno no maneja. No siempre las intenciones se corresponden con
los logros”.
"Quiero
insistir con que mucho mejor es ser prestigioso que popular, que mucho más
importante es el recorrido con el que uno llega a un lugar que el éxito o no
que se obtenga en la búsqueda, que los hechos son mucho más significativos que
las palabras, que demostrar es mucho más importante que hablar, que hay que
permitir que ingrese la información que riega nuestra parte noble y evitar que
ingrese la información que estimula nuestros bajos instintos.".
“Hay
elaboraciones que son absolutamente personales. Yo transmito lo que a mí me
parece, no lo impongo ni lo derramo sobre los futbolistas porque hay aspectos
que son independientes y hay que respetar lo que uno siente. Si me guío por lo
que observé, hay mucho dolor”.
“Disfruté
de Pelé, de Maradona, y disfruto de Messi. Participar de comparaciones me
parece que no tiene como objetivo engrandecer al elegido, sino empequeñecer al
descartado. Los tres son admirables”.
“Lo
felicité por un eslabón más de una obra magnífica e inolvidable que es su
equipo”
“Nosotros
terminamos de competir el día 25. El 26 me reuní con el presidente del club,
quedamos en que iba a contestarle en el curso de una semana: en vez de hacerlo
al otro sábado lo hice el domingo. El acuerdo económico fue instantáneo, no
consumimos ni un minuto en ese aspecto, y todos los demás puntos que evalué
tuvieron que ver con la construcción de un plan de trabajo que permitiera
desarrollar con ilusión y perspectiva los compromisos de la temporada 2012/13.
Ese plan de trabajo yo lo propuse, pero no lo impuse. De hecho, cada elemento
que compuso ese proyecto, lo acompañé con la siguiente pregunta: ¿Si yo no
fuera el entrenador, igual el club tomaría esta decisión?”.
“Por
la dimensión que tiene el club, y por mi dimensión de entrenador, no le puse
condiciones al club. Les dije: ‘a mí me gustaría hacer esto, ¿al club le gusta
lo mismo que a mí? Hagámoslo juntos’. Si el club tiene otro proyecto distinto,
coméntenmelo y yo opinaré sobre la conveniencia de que sea yo quien lo
encabece, pero siempre situé a la institución por delante mío. Si un
profesional le pone condiciones a la institución, no quiero ser yo, porque mi
estatura como entrenador no me permite sentirme cómodo poniéndole condiciones,
o hace esto o sino no pertenezco, ¿me entiende lo que le quiero decir?”
“Cuando
yo diseñé el proyecto que me interesaba desarrollar en el Athletic de Bilbao,
consideré que acabábamos de terminar una temporada de casi 70 o más partidos,
considerando los amistosos. Soy una persona que, por mi intervención en
relación al equipo, termino intoxicándolo. Tengo una vinculación muy invasiva,
y considero eso un exceso de mi parte, pero me constituye como entrenador.
Entonces quise desarrollar un programa que oxigenara esa relación que establecí
durante un año con este grupo de jugadores que tanto aportó tolerando mis
exigencias. Una de las cosas que quise acentuar es la calidad del servicio que
recibe el jugador para el desarrollo de sus actividades profesionales durante
la semana. Entonces propuse un plan de remodelación de instalaciones de Lezama,
absolutamente austero, y con pretensiones de mínima. Siempre llevo conmigo una
foto de unos chicos africanos que están jugando al pool en una mesa hecha de
barro, donde las bolas están hechas de pasto y donde los palos, los tacos, son
varillas afinadas. Entonces eso lo tengo porque cada vez que me toca dar una
charla, los que escuchan inmediatamente dicen: ‘los planes que usted propone no
los podemos desarrollar por ausencia de recursos’. Y yo, para evitarme palabras
y explicaciones, saco la foto y digo: ‘estos chicos juegan al villar de este
modo’. Por lo cual considero que todo se puede hacer proporcionadamente. A mí
me tocó trabajar en el centro de AFA, que difícilmente haya uno mejor en el
mundo que ese –viniendo de un argentino- y me tocó trabajar en Chile donde lo
hicimos de la manera más austera posible. Entonces, planifiqué cómo podíamos
mejorar las instalaciones de Lezama. Esto va para largo, discúlpeme, es
proporcional a los errores con los que se han interpretado mis intervenciones,
me siento muy incómodo extendiéndome en algo que no es importante, pero la
importancia también se la dan los medios informando equivocadamente sobre esos
temas, y la única persona que puede corregirlo soy yo, por eso lo hago.
Entonces hice ese proyecto, lo que estamos haciendo ahora de hacer la
pretemporada en Lezama en estas condiciones, me desprestigia mucho como
entrenador, porque soy el responsable de que las condiciones de trabajo sean
las que son. Sin embargo, tomé las previsiones para que lo que está sucediendo
no sucediera. Que yo haya tomado las previsiones, no me exime de
responsabilidad, porque finalmente las decisiones son mías y yo entiendo que el
que conduce no se justifica diciendo ‘no fue mi culpa, fue la de aquel’.
Hicimos una planificación de obras, que tenía tiempos de entrega. En esas
obras, participó una empresa de arquitectura que diseñó y controló que el
diseño se respetara, y la constructora, entonces yo habré tenido unas 30 horas
de reuniones con estas personas. Yo no tuve vacaciones. Había términos de
entrega, por eso dije que la pretemporada la hacíamos acá, que es un signo de
austeridad, de ahorro, de querer más la casa. Y uno de los términos de entrega
estaba situado para el 2 de julio. Me fui sabiendo que el 2 de julio un
segmento iba a ser entregado. A la mitad del tiempo que yo estaba fuera de
Bilbao, me anunciaron que de ese segmento, iban a cumplir sólo con el 50%, que
el resto no lo iban a cumplir. Entonces redujeron al 50% unilateralmente la
cantidad de obras que iban a entregar. Cuando llegué, iba a ver las obras y
sólo revisé el 15% de las obras. Yo acá tengo las fotos de todos los errores
con que se hizo este trabajo: no es que no se terminó, se hizo mal sabiendo que
se estaba haciendo mal. Este trabajo se hizo a la mitad del 100% que se
comprometieron a hacer, no de la totalidad del trabajo. Cuando yo llegué, me
produjo indignación, porque este es un trabajo profesional, está hecho por
empresas de renombre que reciben recompensas proporcionadas al prestigio que
tienen, y que lo habían hecho de manera incompleta y mal, sabiendo que lo
estaban haciendo mal. A mí eso me afectó mucho, porque tengo que asumir ante
los jugadores el trabajo en estas condiciones y obviamente los medios de
comunicación se encargan de resaltar lo improvisado que soy yo, y con justicia,
como no van a decir cómo hace trabajar a un plantel que vale 300.000.000 de
euros. Entonces pedí hablar con el jefe de obras: le dije, ‘mire, este trabajo
está mal hecho, y usted sabe que está mal hecho’, ‘no, falta terminarlo’, ‘no,
no falta terminarlo, lo hizo mal, y usted tiene una responsabilidad porque
tiene que controlar que se haga bien’. Se había vencido el plazo de entrega,
constaté que la tarea estaba mal hecha, los responsables de haber hecho mal la
tarea no podían ignorarlo. Son profesionales reconocidos y como es natural
exigen por sus servicios un pago proporcional a sus antecedentes. Consideré que
el club, que es quien paga la obra, estaba siendo engañado. No cumplir con lo
prometido, pero actuar como si se hubiera hecho del modo en que se estableció,
a mí entender, tiene los mismos efectos que una estafa o un robo. No había
ninguna autoridad que representara al Athletic, por lo que asumí que tenía que
hacerme cargo yo del reclamo y lo reclamé. A la persona que se presentó como el
encargado de la obra le expresé lo que anteriormente expuse, mostrándole cada
uno de los detalles que ejemplificaba mi posición. No es que faltaba terminar,
estaba mal hecho. A mi me produjo indignación que no se reconociera lo que era
evidente y comencé a expresarme de manera ofensiva con esta persona. Como no
podía ser de otro modo porque yo lo ofendí, él me contestó con la misma
agresividad. Estábamos en el vestuario donde me cambio, primero le dije que se
fuera y luego lo tomé del cuerpo y lo saqué a la fuerza del lugar. Yo a este
señor no lo respeto, porque él hizo mal su trabajo, asumió representar a la
empresa en el engaño y él sabe que el trabajo esta mal hecho. Cuando salió del
lugar de donde lo expulsé, dijo que yo lo había golpeado y que iba a reclamar
por lo sucedido, pero no hizo ninguna denuncia policial, creo que no la hizo
presionado por la empresa que trabaja o por el Athletic de Bilbao, que quería
evitar todo esto. Vista la situación, yo hice una denuncia en la cual me
autoinculpo de la cuestión, porque pienso que este hombre tiene derecho a
reclamarme el trato que le di. Siempre se juzga cuando uno se comporta como un
salvaje, pero nunca se juzga a aquel que provocó la respuesta proporcionada.
Este hombre verdaderamente estaba muy apenado por el trato que yo le di, y yo
notaba que él decía ‘voy a hacer valer mis derechos’, pero no lo hizo, entonces
él tiene a disposición una denuncia en la que me hago responsable, me
autodenuncio, para evitar que la tome él, para facilitarle sus derechos. No lo
quiso recibir, lo dejé en el estudio de arquitectura, y lo deje en el club
también. Gracias a Dios después encontré al responsable de todo esto, y le pude
decir lo que le había dicho al empleado. Considero lo que hicieron como una
estafa, un robo y un engaño. Dijeron que faltaba terminarlo, y no faltaba
terminarlo, estaba mal hecho en todos los niveles: de diseño, de construcción y
de ejecución. He leído que yo cambio los planes constantemente, frente a eso le
digo que es cierto que hay que cambiar constantemente el diseño, ¿sabe por qué?
Porque quienes están diseñando esta obra, nunca diseñaron obras de esta
naturaleza, y nunca hicieron lo suficiente. Cuando empezó la obra les digo
‘junten 5.000 fotos de instalaciones de esta naturaleza, porque el
funcionamiento, las articulaciones entre diferentes núcleos…’ Le doy un
ejemplo: un gimnasio tiene que estar entre el campo de juego y el vestidor,
para que el jugador funcione vestuario-gimnasio-campo de juego, campo de
juego-gimnasio, vestuario. ¿Cómo lo aprendí a eso? Zanetti es un jugador que no
se ha lesionado nunca en su vida, el único que lo lesionó fui yo una vez en
Brasil en donde tuvo una lesión de aductores. Y él siempre me decía: ‘cuando
salgo del vestuario, paso por el gimnasio y hago una rutina de prevención de
lesiones, y cuando vuelvo del campo, paso por el gimnasio y hago la misma
rutina. El problema fue cuando me sacaron el gimnasio del medio’. Eso es un
ejemplo, de que esto de la construcción de las instalaciones deportivas tiene
secretos que tienen que ver con el funcionamiento. Ninguna decisión fue mía, en
cuanto a cambios”
“No
me sometí al procedimiento de hacerlo rápido pero mal, y defendí los intereses
del Athletic. Esos cambios constantes, tienen que ver con mi preocupación
porque se respeten los intereses de la institución para la que trabajo”.
“A
la fuerza: júzgueme como un salvaje. Así actué yo. Pero ya está resuelto, no
internamente porque nunca me lo voy a perdonar, está resuelto porque ya me hice
responsable yo de esa situación. Lo único que tiene que hacer es llevar adelante
el reconocimiento de sus derechos, que creo que los tiene. Opino lo peor de esa
persona, porque profesionalmente y humanamente sabía que estaba haciendo las
cosas mal y trató de engañarme, de engañar al club… Fue la herramienta que
utilizó la empresa para engañar al club. Yo no lo permití”
“El
que manda, una vez que toma las decisiones, cuando las decisiones no producen
el efecto deseado, no puedo decir: ‘esto no pasó porque vos que dijiste que
ibas a hacer tal cosa no las hiciste’. De eso se trata mandar, de hacerse cargo
de las cosas que uno tomó como su propia responsabilidad”.
“Voy
midiendo a través de los medios de comunicación, las repercusiones que se
generan. Todas las cosas con las que se está interpretando esto, no surgen de
mí. Surgen o de los que lo hicieron mal, o de los que no controlaran que lo
hicieran bien, y me dejaran a mí en la posición de controlar. Entonces todas
esas personas van poniendo en boca de todos ustedes, lo que ustedes dicen sin
aclarar quien lo dijo. Ese procedimiento usted lo conoce a la perfección…”
“La
medida que toma la empresa es: como hemos actuado como hemos actuado, mañana no
venimos a trabajar”.
“Lo
que hago, es lo que me pide el cuerpo: nada más. Yo estaba aquí, esto era un
atropello y me negué a permitirlo. Los responsables han convalidado que tengo
la razón, los bien intencionados, los que fueron herramientas menos
comprometidas”.
“¿Quién
va a ser el responsable que un equipo no tenga las respuestas si no es el que
lo conduce? Como yo cuando ejerzo la conducción, la ejerzo en su totalidad, me
hago cargo de las consecuencias negativas en su totalidad. Pero claro… estos no
son futbolistas, son empresas y mi indignación es diferente: tengo otro tipo de
reacciones. Cuando yo vi, me hice esta pregunta: ¿qué habrá pasado? ¿No hemos
crecido lo suficiente o no estamos a la altura de semejante desafío? Es la
pregunta que se hicieron todos. Yo elegí que todavía no maduramos, que hay
cosas por desarrollar”.
“Como
siempre fue en mi vida, antes de pedir trato de dar, porque dando es mucho mas
fácil pedir. Una de las cosas que quería dar, era mejorar las condiciones de
trabajo: vamos a parecernos cada vez más a los mejores equipos del mundo”.
“Tengo
un muy mal concepto del periodismo, y muy mal concepto de los periodistas como
colectivo. Peor concepto tengo de los entrenadores para que se quede tranquilo,
y el primer ejemplo soy yo”
“Usted
verá que me estoy sirvieron del periodismo: me parece indispensable hablar con
la gente”.
“Cuando
me equivoco voy y me hago cargo legalmente de lo que hago. Cuando me equivoco,
me lo recuerdan los seres que quiero y que me respetan, siempre necesito ser
contenido, como todos los seres humanos, pero me contienen mis seres queridos,
no el presidente del Athletic”.
“Yo
soy incapaz de decir una mentira: las he dicho miles de veces, pero en esta
conversación no he dicho nada que no sea cierto”.
“El
Athletic tiene jugadores, como por ejemplo Javi Martínez. Un día en el campo,
Javi Martínez apoyó el pie, y el pie quedó fijo en el barro y él giró.
Exactamente lo que genera la lesión más temida por los futbolistas. Tomé en
tiempo y en forma todas las medidas que corresponden, y lo puedo certificar,
para que ese campo estuviera terminado en el momento adecuado”.
“No
voy a ofender más a nadie, y hay verdades que aprendí a evitarlas porque dichas
de manera contundente, terminan ofendiendo”
“Me
equivoco, pero siempre me equivoco porque no sé, pero no porque no hice”
“Todos
los obsesivos no merecen ser bien catalogados, eso se lo digo para siempre…”.
“El
otro día, casualmente, una religiosa vasca que misiona en el Congo, me hizo un
comentario que me pareció absolutamente aplicable a esta situación: que es una
de las facultades más difíciles que tienen los seres humanos, pero que cuando
la consiguen los pone en un estadío superior del comportamiento. Al recibir
dolor, al recibir decepciones, recibir ofensas o adversidades, y en vez
de actuar en consecuencia, y actuar defensivamente, y rechazar y expresar el
disgusto, conservarlas dentro de uno mismo y neutralizarlas. Una persona que
misiona en medio de un país en guerra, tiene esa facultad, o sea, todo lo que
sea mal, dolor, entra en mí y no sale de mí”.
“Las
especificaciones actúan comprometiendo futuras decisiones porque parece que
cuando uno específica, queda preso para siempre de lo que dice. Como yo he
vivido mucho esa cierta ambigüedad que se atribuye a aquel que especifica y
luego no es congruente, porque frente a situaciones parecidas toma decisiones
iguales, prefiero generalizar”
“El
éxito a veces produce acentuación del proyecto, y a veces produce exceso de
valoración de uno mismo, y deseos de aspirar legítimamente a perspectivas
mejores”.
“Acá
hay una lucha que es muy importante describirla. El Athletic tiene tradición,
historia, comportamientos deseados, habituales, vinculación con el pasado, con
una forma de proceder. Pero los tiempos no son los mismos, las realidades de la
industria donde se mueve este sentimiento, industria y sentimiento, negocio y
sentimiento, son muy distintos. Entonces es natural que el Athletic esté
sufriendo”.
“Yo
fui responsable de no haber aportado. Cuando hablo de esa vanidad que nos ocupa
a todos tras el éxito, también me incluyo porque yo hice un uso indebido de la
verdad, un uso exagerado de la verdad. Y tan severa fue que habrá tenido que
ver con esa soberbia que nos invade a todos cuando creemos que tenemos que
presentar nuestros derechos con contundencia”.
“En
aquel momento yo estaba tratando que el club se volviera más atractivo para los
jugadores, mejorando el servicio que se le daban, para que no tuvieran deseos
de irse. Tan equivocado no estaba respecto de la sensación de abandono y de
partida, legítima, profesional, humana y entendible, pero presente”
“El
Athletic no opera con las mismas armas que operan los demás equipos que
compiten en el fútbol profesional. Pero no estoy diciendo que no opera con las
mismas armas porque juega con jugadores vascos, no digo eso. No opera con las
mismas armas porque tiene criterios no comerciales de desarrollo en una
industria que es eminentemente comercial. Con eso hay que ser considerado, no
mal intencionado. Hay tratar de no castigar, no engañar, de no mentir. Y hay
que ayudar que todo esto tome el cariz que le podamos dar. No tengo ningún
problema de que se deprecie el proyecto porque disminuya el aporte de los
jugadores más destacados, todo lo contrario”.
“Tengo
la mala costumbre, y lo he comprobado con el asunto de las obras, y decir lo
que pienso. Yo sé que Javi Martínez y Llorente son más importantes que yo para
el Athletic. En respuesta a lo que usted me dice, yo consulté con ellos si ese
obstáculo era cierto y también estuve dispuesto a actuar en consecuencia. Si
ellos me hubieran dicho que era un obstáculo, hubiera sabido que hacer. Yo soy
muy individualista, muy personalista, sino no sería entrenador, pero también
soy respetuoso del destino del proyecto que me toca encabezar”
“Entre
otras cosas, a mí me pagan, vivo de esto, cobro cifras obscenas, muchos más
obscenas que la mayoría de las cifras, pero tampoco voy en contra de un
proyecto. Vine aquí por lo que este club significa, no voy a operar en sentido
contrario”
“Creo
que desperdiciamos 80 días, porque proyectar es parte del éxito. Proyectar con
acierto, contemplar con acierto, imaginar lo que va a suceder, y articular
respuestas prestablecidas, es parte del éxito. Nosotros imaginamos una realidad
que en este momento sería absurdo no reconocer que está desvirtuada, porque
todos los días se agrega una dificultad diferente a lo que estamos llevando a
cabo. Eso no quiere decir que no podamos intentar con muchísima ilusión y
entusiasmo lo que esperan de nosotros. Lo que no podemos hacer es seguir
ignorando la situación”.
“La
desinformación es un elemento que separa, disuelve, en vez de construir. Sobre
todo la desinformación cuando tiene objetivos, no cuando es casual”.
“Hay
algo que sí es conmovedor, aunque suene demagógico. No puedo dejar de decir que
el mensaje del público en San Mamés, en el partido contra el Betis, nos obliga
a todos de manera superlativa, nos obliga a multiplicar nuestra obligación de
entereza. No decir la verdad, actuar engañando, maquillando, etc., es
imperdonable frente a semejante expresión de compromiso y sinceridad afectiva,
y lo digo muy incómodo, porque es demagógico lo que estoy diciendo”.
“¿Por
qué cree que está perdida la unidad? La única muestra de perturbación
intencionada es la información de El Correo de hoy, que es mal intencionada
porque no es cierto, porque sabe que no es cierto, y responde a intenciones
absolutamente visibles. Ni si quien es usted pero sé que lo sabe, porque me
basta mirarlo a la cara. Después, no veo ningún síntoma de desunión. Le hago
una pregunta, que un jugador quiera evolucionar, ¿es criticable? Que el club
proteja la permanencia de un jugador, ¿es criticable? Todo lo contrario”.
“Soy
una persona que me importa mucho lo que los demás piensen de mí. He cometido
todos los pecados habidos y por haber, pero hace mucho tiempo que trato de que
no me traten de mentiroso. Para que no me traten de mentiroso trato de decir la
verdad. No puedo aceptar alegremente que me traten de mentiroso, y dar por
entendido que no ha pasado nada. A mí Urrutia no me trató de mentiroso, el club
me trató de mentiroso. Con Urrutia no tengo problemas, creo que es una buena
persona de verdad, el club me trató de mentiroso y yo no puedo no fijar
posición frente a eso”.
“¿Usted
mantendría la misma relación con una estructura que lo califica como me
calificó el Athletic a mí? Todos sabemos que los que mandan viven de la
autoridad, o de la imagen de la autoridad, tanto de la autoridad genuina como
de la imagen de autoridad. Si el club me desautoriza de semejante manera, lo
único que puedo hacer es decir ‘yo no miento’, y asumo que me han tratado de
ese modo. Pero eso no quiere decir ni que tenga problemas personales, ni que
esté enamorado del trabajo que estoy haciendo. Y eso no significa de ninguna
manera a que haya desunión”.
“Como
su pregunta apunta a descubrir un conflicto cuando se está agotando otro,
quiero dejar puntualizado que en esta situación no hay ninguna posibilidad de
impulsar un conflicto nuevo porque todo está hecho dentro de lo reglamentario,
reglamento que cumplimos nosotros y que en caso similares en otros clubes no se
cumplen, pero nosotros sí, y que no hay conflicto posible”.
“Insisto
porque normalmente las opiniones que legítimamente tienen los medios de
comunicación sobre los hechos que están obligados a analizar y que a mí me toca
protagonizar, quisiera consultarles a ustedes si en la explicación que yo acabo
de dar, hay algún matiz que consideran criticable, anti-reglamentario,
inconveniente, desvinculado con el trato que tradicionalmente el club les ha
dado a sus jugadores, porque yo no quiero absorber responsabilidades como por
ejemplo darle a un jugador del Athletic un trato que nunca se le ha dado:
discriminación, apartado, separado, etc. Simplemente, estoy obligado a decidir
quién tiene posibilidades genuinas de participar en un proyecto deportivo, y no
hay jugador de futbol que no agradezca eso”.
“A
íi me duele mucho sentir que soy el brazo ejecutor de un tratamiento que nunca
se le ha dado a los jugadores del Athletic de Bilbao. Estoy haciendo algo bien
intencionado: decirle a un jugador la verdad de sus posibilidades, y tratarlo
con absoluto respeto”.
“Cualquier
término que sectorice dentro del colectivo, es doloroso para el que queda al
margen”
“Usted
vio lo complicado que es el uso de los términos y no soy un especialista de
poder seleccionar bien las palabras, porque el término depreciado fue un
término especialmente recogido de mi última expresión. Pero claro, depreciado
quiere decir que pierde valor, y pierde valor porque los que se van son tan
importantes que los que quedan, quedan menos valorados. Entonces, uno puede
decir ‘depreciado’ jerarquizando a los que se van, o ‘depreciado’ mortificando
a los que se quedan. Usted vio también como la interpretación no jerarquiza a
los que se van, sino que mortifican a los que se quedan”.
¿Por
qué no me dice usted? Porque evidentemente esa es la pregunta a la que yo
apostaba, y casualmente la hace usted, por eso yo digo que usted no es
desprevenido, usted sabe bien qué pregunta, por qué lo pregunta y a dónde
apuesta. Usted lo que quiere decir, y dígalo como lo siente, y descríbase como
se comporta… Yo tengo la obligación de desenmascarar a quien se maquilla para
preguntar, y sé perfectamente porque lo escucho hace un año y fracción, qué
tipo de consultas hace usted. Yo tengo todo el derecho del mundo de decir
‘mire, no me engaña’, no me dejo engañar por usted, usted no es bien
intencionado…
Eso
es una interpretación.
No,
las interpretaciones son subjetivas en tanto y en cuanto uno no demuestre que
tienen un punto de objetividad. Yo le digo sinceramente, especialmente no
conozco el nombre y el medio de nadie, para mí usted es un periodista, no sé ni
para quien trabaja ni el grado de influencia que tienen sus opiniones en
función de su repercusión y prestigio personal. Lo que sí sé es que atrás de
sus preguntas hay una segunda intención que nunca manifiesta. ¿Por qué? Porque
lo he escuchado mil veces preguntar, y siempre es usted quien ejecuta las
preguntas mal intencionadas. ¿A dónde va usted? Vamos a decirlo claramente, así
me tenía que haber preguntado usted: ¿Cómo puede ser que Koikili, Aitor Ocio,
Zubiaurre, los jugadores que estuvieron apartados…? Porque usted lo que está
diciendo es que yo hace un año me arrepentí y vuelvo a hacer lo mismo. Y no
vuelvo a hacer lo mismo, esa es la pregunta, he profundizado el tema en los
derechos que tengo yo y en las obligaciones que tengo, y puedo distribuir los
jugadores y distribuir los responsables del área que conduzco, los puedo
distribuir de la manera que crea más conveniente, en tanto y en cuanto eso no
signifique que evidentemente, aparte de que deportivamente están excluidos, no
tienen posibilidades deportivas, porque así lo decido yo, pero no por un acto
de autoritarismo o soberbia, sino como una obligación de mi función que lamento
mucho tener que hacerla. Yo no estoy haciendo nada incorrecto, y usted que
pregunta con esa sutileza, debería preguntarme claramente qué es lo que
considera de incorrecto en lo que estoy haciendo. Estoy actuando de acuerdo a
mis obligaciones y a mis derechos, respetando los derechos de los futbolistas.
¿Usted opina lo contrario?
No
estoy para opinar.
No,
usted sí está para opinar, porque con las preguntas opinas. Lo que faltaría
decir es que muy probablemente no opina porque no tiene conocimientos, porque
pregunta sin saber, porque para preguntar sabiendo lo que hay que hacer es
decir, mire, toda esta pregunta apunta a si yo estoy contraviniendo un
reglamento o un derecho ajeno. ¿Por qué no averigua si yo estoy contraviniendo
un derecho ajeno? Me quiere describir como que tenía una posición y dejo de
tenerla, como inconstante en las posiciones que asumo. Mire, hay que
desenmascararse. Nunca mejor aplicado el término. Todos los días un intento de
que el eje deportivo salga de la cuestión… Cuando no es con jugadores que por
su repercusión y calado, inevitablemente lo merecen, retomamos una situación
que hace 60 días se está planteando, y que usted la retoma hoy no casualmente.
Usted no la toma hoy casualmente, usted no está distraído y dice ‘ah, me acorde
de David López, de Cerrajería y de Ustaritz’, porque no se acordó en 60 días.
Se acuerda ahora, porque encuentra el momento oportuno para establecer una
nueva grieta en la tranquilidad que necesita un equipo. Está en todo su derecho
y no ha hecho nada malo. Yo lo único que hago es contestarle no subjetivamente,
más objetivamente que nunca, porque conozco perfectamente a quienes ejercen su
oficio de la forma que usted la ejerce. En todos los países, en todas las
ciudades, alrededor de todas las instituciones, hay muchos que actúan de manera
parecida a usted, y que ejercen su oficio del modo en que usted lo ejerce, que
es legítimo. ¿Bueno, algo más?
No
era mi intención debatir…
¿Cómo
no va a ser su intención debatir? No debate porque no tiene conocimientos
suficientes porque no se los procura como debería, pero sí debate porque genera
preguntas que apuntan directamente a poner en tela de juicio la capacidad moral
del que está tomando decisiones, porque cuando usted dice lo que dice, lo que
está diciendo es que moralmente no actúo como corresponde, porque abandono
conceptos que rescaté en intervenciones anteriores, y aquellos conceptos que yo
pedí disculpas, pareciera que pedí disculpas de hacer una cosa que vuelvo a
hacer. Eso es lo que usted está diciendo. Y actué mal al principio, bien
pidiendo disculpas y muy bien ahora, asumiendo la cuestión”.
“Trabajo
diariamente como si me fuera a quedar toda la vida, y no ignoro que puedo dejar
de pertenecer mañana. Tampoco quiero alardear de fortaleza, pero es muy difícil
que deje de luchar. Es mucho más probable que decidan por mí, que yo decida.
Frente a la adversidad, siempre sigo luchando. Y sé hacerlo del único modo que
se lucha en la adversidad: en soledad. Porque como la derrota produce
sensaciones desagradables, es natural que todo el mundo tienda a distanciarse
del que protagoniza la derrota. En este caso, me toca liderar a mí un proyecto
que está desilusionando, y es natural que eso se viva en soledad, sin compañía.
Y lo digo exactamente así: me parece natural, me parece lo normal, me parece
que es lo que sucede siempre”
“El
otro día un periodista me preguntó si había percibido la desaprobación por los
cambios: el público no silbó los cambios, me silbó a mí. Percibí que no se
silbaban mis decisiones, sino que se me silbaba a mí, como responsable de una
dinámica negativa. No voy a decir que me alegro, pero me parece que se hace
justicia. Siempre tuve claro que lo que había sucedido el año pasado había
generado ilusión en la gente, y esto genera desilusión”.
“Cuando
pasó lo de las filtraciones, yo fui el más beneficiado, porque lo noté en el
contacto con la gente, la gente valoraba aquella expresión mía después de una
derrota, y yo sabía que esa expresión se correspondía a la intimidad, y que
estaba obteniendo un reconocimiento por algo que jamás debió hacerse público, y
eso es carne envenenada. Puede satisfacerte en lo inmediato, pero cualquier
hombre con experiencia sabe que aquello es inmerecido, que es un robo, que uno
se apodera de algo que no merece, después el destino lo pone en orden”.
“En
un club de fútbol, el entrenador es el más importante de la institución. ¿Por
qué digo eso? Porque las autoridades de la institución moderan el poder que le
otorgan al entrenador, y tienen ese error. Pero el que tramita lo más
importante que tiene un club de fútbol, que es el desarrollo del equipo, es el
entrenador. Entonces, dispongo del poder, evidentemente no lo usé bien sino no
estaríamos en el momento en que estamos, y el público ha percibido eso”.
“No
presumo de ser poderoso, pero en la adversidad es cuando mayor fuerza reconozco
dentro mío. Aparte, llevo toda mi vida observando a aquellos que gestionan la
adversidad, que es de quienes verdaderamente se aprende. Extrañamente, todos
sobre-observamos a los victoriosos, y quienes merecen ser observados son
aquellos que tramitan la adversidad, así que estoy en un escenario que me es
habitual, y el que he recorrido con mi cuerpo, y en cuerpo ajeno, infinidad de
veces”.
“De
fútbol es muy poca la gente que entiende, pero es mucha la gente que opina.
Entonces, cuando uno explica las situaciones que no dejan que un grupo triunfe,
siempre les parece insuficiente el mensaje y siempre creen que en el mensaje
hay un contenido encubierto. Pero el mensaje es muy claro, el entrenador lo que
tiene que hacer es lograr que el futbolista juegue de manera proporcionada a las
virtudes que posee. El que lo logra es un buen entrenador, y el que no lo
logra, está fracasando. Entonces la cuestión no es de estilo, ni de
organización, ni de preparación física, lo importante es que los jugadores
estén cerca de su máximo potencial durante un período alargado”.
“Aprendí
mucho a escuchar lo que el estadio dice. ‘A lo loco se vive mejor’, nace de una
parte de la hinchada que privilegia las emociones, y creo que al estadio le
molestó ese apoyo, porque lo consideró inmerecido. A veces se silba un cambio,
a veces silba a alguien que a criterio de la mayoría ha dejado de merecer ese
apoyo. Si ilusionar merece ese reconocimiento, desilusionar merece reprobación.
Esto que estoy produciendo desilusiona, y tengo que aceptar la reprobación”.
“Estoy
muy acostumbrado a los ataques de los medios de comunicación, entonces sé que
producen este tipo de declaraciones: que yo me sitúo en una posición
victimista, es decir, que me atribuyo más culpas de las que tengo”
“A
mí me estimula muchísimo más la lucha por evitar la humillación y la vergüenza
que la lucha por obtener el reconocimiento y la gloria, porque como no creo en
el segundo aspecto, tengo muy claro a donde ubicar las energías, cómo
ubicarlas, y saber qué tipo de entusiasmo hay que poner en cada una de las
situaciones que a uno le toca enfrentar”.
“Los
apoyos preceden a los despidos. Así que me da tranquilidad que no haya señales
de apoyo”.
“Usted
dice que el fútbol tiene leyes, que yo no ignoro. La palabra temer es una
palabra que refleja las sensaciones que tienen los entrenadores frente a la
adversidad, pero paralelamente, no quiero hacer ostentación de algo que no sé
cuánto tiempo puede durarme, siempre tengo fortaleza cuando las cosas se
tuercen”.
“Es
el oficio que elegí, para el que estoy preparado, formado. Se imagina que esto
lo he pasado infinidad de veces. Sé de qué se trata y lo enfrento con la mayor
entereza que me sea posible. Le aclaro, no me gusta hacer ostentación de
fortalezas, ni de tener capacidades que después uno mismo puede o no sostener
en el tiempo, pero sé de qué se trata, es mi oficio, hace 30 años que lo hago,
y no es novedoso para mí”.
“Yo
no hago cálculos, cuentas y conclusiones para que favorezcan mi forma de ver
las cosas. Yo lo que quiero es darme cuenta que mi forma de ver las cosas está equivocada.
Porque si yo me doy cuenta que mi forma de ver las cosas está equivocada, actúo
en consecuencia y cambio el procedimiento. Lo que no puedo es decir: voy a
cambiar cualquier cosa y de cualquier manera, porque algo hay que cambiar”
“Cuando
yo era chico, y vivía en un barrio, la gran novedad o logro era tener un auto,
y cuanto más lujoso era el auto más reconocimiento para la familia que lo había
obtenido. Pero había una distinción para nosotros, el reconocimiento a la
familia era en función de qué había hecho para conseguir ese auto. Había
familias que trabajan padres e hijos y se compraban un Seat. Y había familias
que se ganaban la lotería y se compraban un Mercedes Benz. Y nosotros
valorábamos al que trabajaba mucho y se había comprado el Seat. Le doy ese
ejemplo porque a partir de ahí aprendí que no se evalúa lo conseguido sino lo
merecido. Primero hay que ver si el medio está de acuerdo con que se evalúe lo
merecido y no lo conseguido, la respuesta es no”.
“Cuando
uno tiene que cotejar sus opiniones con un abanico tan grande de gente que
evalúa sobre lo que uno hace, tiene que tomar un parámetro. El parámetro no es
a partir de la coincidencia, sino a partir de las divergencias. Las
coincidencias uno no las explica, no las profundiza, no las recorre. Las
divergencias sí”.
“Yo
cometí un error muy serio aquí, que fue el altercado de las obras, y quiero
dejar claro, reiterar mi procedimiento en esa cuestión. Protagonicé el
incidente que tuve con quien representó en ese momento a la empresa. Obviamente
fue inmerecido y fue una repercusión sobre el más débil. Cuando tomé
consciencia que había actuado operando sobre el más débil fui y busqué al
verdadero responsable, y le dije delante de este hombre: “Me la agarré con este
hombre que no tiene la culpa, pero el verdadero responsable sos vos”. Después,
fui e hice la denuncia que le permitía tanto a la empresa como al empleado
actuar judicialmente con todos los derechos sobre mí. Antes de hacer la
conferencia de prensa le pedí al presidente que me acompañara y le expliqué lo
que iba a decir. Por supuesto, no lo haría de nuevo. Yo dije toda la verdad,
pero hace mucho que sé que decir la verdad no justifica hablar. La verdad debe
ser dicha cuando uno tiene el rol de conductor si el efecto de decirlo mejora al
colectivo, no si mejora a quien lo dice. Yo digo muchas menos cosas de las que
conozco y las que sé, y hay muchas verdades que no expreso justamente porque
uno tiene que decir la verdad no para que la verdad que diga mejore mi imagen
sino para que mejore el colectivo, responda a los intereses de todos. Cuando
dije lo de las obras, todo lo que dije es verdad, es cierto. Pero no mejoré,
con esa frontalidad y sinceridad, las necesidades de todos. Ese es el único
punto ético de comportamiento que yo lamento, y lo refresco en este momento
para volver a precisar ese error de comportamiento”.
“Cuando
uno tiene el poder no puede argumentar que no ha resuelto las cuestiones que se
resuelven con el poder que se le asignan. Mi gestión me hace sentir orgulloso
de lo que hice: lo que me tocó resolver era de difícil resolución, y estoy
orgulloso de haber desarrollado esa tarea con los compañeros que estuvieron a
mi lado, los jugadores y el cuerpo técnico. Fue mucho más difícil resolver lo
que tuvimos que resolver este año, que obtener lo que obtuvimos el año pasado.
Del éxito y del fracaso se sale vestido, la vestimenta con la que salen estos
22 jugadores de cara al futuro es mucho mejor que la vestimenta con la que
salieron los 22 jugadores después del éxito. No supe gestionar el éxito, sí
supe gestionar la adversidad. Mi convencimiento es que lo próximo encontrará
futbolistas más maduros, más conscientes, más desarrollados. Por eso me siento
mucho más cercano al equipo que recorrió la adversidad que al que recorrió el
éxito. Porque el que recorrió el éxito salió dañado, el que recorrió el fracaso
van a ver que sale fortalecido”.
“Cuando
mi equipo gana, y gana con regularidad, no reviso mucho las opiniones que giran
alrededor de él. Lo puedo hacer por vanidad porque hablan bien, por hobbie
porque me sobra tiempo, pero no lo necesito. Pero cuando mi equipo pierde, sí
lo necesito. Porque en la adversidad, los mensajes que surgen del alrededor
convergen al primer equipo, a los intérpretes”.
“Después
de tantos años de vincularme con los medios de comunicación, tengo desarrollada
la percepción de la intencionalidad de la pregunta. Por supuesto, tenemos la
piel más sensible y reaccionamos a cualquier estímulo, porque le tenemos miedo,
entre comillas, y ustedes lo saben, y eso explica por qué reaccionamos
exageradamente. Pero si bien reaccionamos a veces exageradamente, también
aprendemos a percibir la intención de quien opina, y en el caso mío he pasado
por lo peor en la relación con ustedes, porque protagonicé el mayor fracaso del
fútbol argentino que fue la eliminación de la Selección Argentina en
Korea-Japón, y fui maltratado de manera increíble, insuperable, no lo superé
más a eso. Entonces, sé de qué se trata cuando hablo del dolor que te provoca
la opinión del otro, cuando la opinión más que justa es revanchista”
“A
mis hijas, si fracasan en un examen, lo único que observo es si estudiaron lo
suficiente. Si no tuvieron estatura psíquica para expresar lo que sabían, si
estaban nerviosas, o lo que sea, yo no digo: “Mirá, todo lo que hiciste no
sirve para nada porque no dispusiste de tu saber”. Lo importante no es
disponer, sino desarrollar para que fructifique”.
“Mi
mujer un día me dijo una cosa que nunca la voy a olvidar. Me dijo: ‘Me gustaría
ser vasca’. Y yo la miré con mucho rechazo, yo no quisiera que fuera vasca. ¿Y
por qué te gustaría ser vasca? Porque no se van de boca. ¿Y qué quiere decir
que no se van de boca? ¿Hablan poco? No, hablan mucho, pero dicen lo necesario.
Para decir lo necesario, no hace falta hablar poco, se puede hablar mucho.
Hablan mucho, sí, pero nunca dicen lo que no corresponde”.
“¿Usted
vio que el mundo del fútbol cada vez se parece menos al aficionado y cada vez
se parece más al empresario? Los empresarios que se adueñan del fútbol creen
que los aficionados son asimilables a los 30.000 operarios que tienen
trabajando. Y un aficionado no es un operario. Un operario trabaja, un
aficionado siente. No se debe tratar a un aficionado con los códigos de un
operario. Como el mundo del fútbol, como el resto del mundo, es de los
empresarios, los empresarios nos tratan sólo en función de la productividad que
somos capaces. Es decir, el gerente le dice al capataz que éste tiene que
tornear X cantidad de piezas, pero se le murió la mamá ayer. “Eso fue ayer, hoy
tiene que tornear…”. Quiere decir, no importan las justificaciones, importa la
cantidad de piezas. En el fútbol impera la misma lógica. Pero es una lógica
peligrosa, porque, mire, si usted no premia un proceso que obtuvo menos de lo
que consiguió, no hay mucho riesgo. Pero si premia un proceso que lo que
consiguió lo hizo de manera inmerecida, sí hay mucho riesgo. ¿Qué hace el mundo
contemporáneo? No importa… ¿vos tenés un Mercedes Benz? Vos estás arriba…”.
“El
mensaje debería ser: premiemos lo que se obtiene merecidamente y con recursos
lícitos”.
“El
equipo que gana a través de esperar el error contrario, no está más autorizado
al éxito. Está menos autorizado, es menos probable que suceda. Por eso le digo que
no se preocupe si no se premia un proceso que obtuvo menos de lo que merecía,
no debería generarnos preocupación porque la injusticia es muy común. Pero
cuando se premia como bueno algo que no es bueno, que es casual, eso sí es
dañino, porque enseña a todos los que observan que un atajo te lleva al
objetivo, y un atajo, normalmente, no te lleva a un objetivo”
"Como
todos, pierdo mucho más que lo que gano. Entonces esa identificación del
ganador de turno con los valores es una trampa, una gran trampa porque se
venden valores a través de alguien que acaba de ganar. Entonces el que escucha
está tironeado por dos extremos: un extremo son los valores, y el otro extremo
es el triunfo. La confusión que genera es que el destinatario del mensaje cree
que si aplica determinados valores va a tener éxito, y eso no es cierto, ni es
conveniente ni aconsejable".
“La
vida, en líneas generales, es construcción. Y de vez en cuando se logran los
objetivos, pero lo interesante no es ser exitoso, porque el éxito es una cosa
que se consume instantáneamente, porque una vez que se logra, se desvanece y se
pierde. Por lo cual, si uno deposita toda la atención al éxito, eso duraría muy
poco. La construcción, el desarrollo, la búsqueda, es lo que consume el tiempo
de todos nosotros”
“Si
tuviera opinar sobre una virtud, me referiría a esta virtud: adaptarse a la
exigencia, no desmoronarse, no quebrarse, persistir a pesar de la adversidad,
enfrentar las dificultades sin pervertirse, pudiendo ser siempre el mismo,
estar dispuesto a poner en riesgo lo que poseo, aceptar el reto, el desafío, el
cambio, el ritmo, tolerar los picos de dolor, saber sufrir, volver a empezar
aun cuando la interrupción se produce cerca del final, recobrar el estado
original sin perder salud en la búsqueda de efectividad. No pueden quedar
excluidos aquellos que no se convencieron: a aquellos que no se convencieron,
hay que admitirles la diversidad, que es muy difícil, admitir que el otro no es
como deseamos”.
“El
que manda quiere que todos sean uniformes, que todos sean parecidos, porque
siente que así domina y siente que así no hay nada que este fuera de su
alcance. Para mí, eso es un grave error. Hay que aceptar la diversidad, hay que
aceptar que el otro piense distinto, hay que aceptar que no te pude convencer.
Lo que no hay que aceptar es que el otro deje de luchar y que deje de obedecer
en lo mínimo indispensable que exige funcionar todos en común”.
“Yo
valoro a los discretos en relación a los exhibicionistas, los sobrios en
relación a los arrogantes, los convencidos en relación con los inseguros, los
generosos en relación con los egoístas, los esforzados en relación con los
cómodos, los comprometidos en relación con los distantes”.
“Errar
es un camino que, bien conducido, presagia el acierto. Yo siempre que sucede
algo no deseado digo: vamos a tratar que este error nos ayude a generar un
próximo acierto”.
“Estamos
acostumbrados a que determinadas causas generan efectos previstos. El fútbol se
aparta de eso: una mínima causa puede ofrecer diferentes efectos. No se puede
prever lo que va a pasar. Entonces, los que protagonizamos o pertenecemos al
fútbol y hemos transcurrido tiempo suficiente dentro de él, sabemos que la
mayoría de las cosas que suceden no obedecen a cómo las imaginamos, no son como
las imaginamos, hay mucho de casual. Sinceramente, soy un segmento de un
proceso que circunstancialmente fue exitoso”.
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